La lucha contra el consumo de alcohol durante la conducción
Estas estrategias se pueden agrupar en dos categorías:
- Medidas disuasorias
- Medidas divulgativas y educativas
Medidas disuasorias
Regulación de los límites permitidos de alcoholemia para la conducción
La regulación de los límites permitidos de alcoholemia para la conducción es una medida comúnmente adoptada en la mayoría de los países. Además cuenta con una amplia evidencia de su efectividad. Consiste en establecer leyes que prohíben conducir con niveles de alcohol en sangre por encima de ciertos valores. Estas leyes tienen como objetivo disuadir el consumo de alcohol antes de conducir. Se basan en la evidencia epidemiológica que muestra el riesgo de accidentes asociados al consumo de alcohol. A pesar de las recomendaciones internacionales de establecer límites no superiores a 0,5 gramos de etanol por litro de sangre, existen diferencias entre países, incluso en Europa.
Límites bajos para grupos vulnerables
Una medida efectiva es establecer límites más bajos para grupos especialmente vulnerables, como jóvenes, conductores inexpertos y conductores de ciertos tipos de vehículos, recomendando una tasa de alcohol no superior a 0,2 gramos por litro de sangre. En España, por ejemplo, existen límites específicos de 0,3 gramos por litro de sangre para conductores noveles y conductores de vehículos de transporte de mercancías, transporte de viajeros, servicio público, transporte escolar o de menores, mercancías peligrosas, servicio de urgencia y transportes especiales.
Controles policiales
Además de la regulación de los límites de alcoholemia, los controles policiales son una medida ampliamente implementada y efectiva para reducir los accidentes relacionados con el alcohol. Estos controles aumentan la percepción de los conductores de que pueden ser sometidos a pruebas de alcohol y se benefician del desarrollo de equipos confiables para medir el alcohol en el aire espirado.
El permiso gradual
El permiso gradual, que implica obtener el permiso de conducción en etapas con ciertas limitaciones y restricciones, también ha demostrado ser efectivo, especialmente para los jóvenes y el consumo de alcohol. Sin embargo, en España, hasta ahora no se han implementado intervenciones de este tipo más allá de los límites específicos de alcohol.
Revocación del permiso por alcoholemia
La sanción de la conducción bajo los efectos del alcohol, mediante la revocación de la autorización administrativa para conducir, es una medida ampliamente conocida que ha sido revisada en cuanto a su efectividad. Aunque muchos conductores continúan conduciendo incluso con la suspensión de su licencia, esta medida es especialmente útil para aquellos que no presentan comportamientos de alto riesgo ni son reincidentes.
Sin embargo, en España, recientemente se ha derogado la suspensión de la licencia asociada a infracciones graves (como conducir con niveles de alcohol superiores a los establecidos por la ley), argumentando que la pérdida total de puntos en el actual sistema de puntos del permiso de conducir hace innecesaria esta medida. No obstante, para que la suspensión sea efectiva, debe aplicarse de manera inmediata al hecho de beber y conducir, mientras que la pérdida de puntos solo resulta en la suspensión de la licencia una vez que se agota el saldo de puntos del conductor.”
Medidas divulgativas y educativas
Las intervenciones educativas y divulgativas, por sí solas, no han demostrado ser efectivas. Sin embargo, son útiles para concienciar a la sociedad sobre los riesgos asociados al consumo de alcohol y pueden complementar otras medidas que se implementen. En el ámbito comunitario, ciertos grupos han llevado a cabo acciones efectivas en forma de movilizaciones contra el problema de beber y conducir, y se han obtenido resultados positivos en países como Estados Unidos o Australia.
Algunas medidas comunitarias, como el concepto del “conductor designado” promovido por la industria del alcohol, no han demostrado su efectividad. Esta medida implica que uno de los miembros del grupo se abstenga de beber y sea el conductor designado de manera rotativa. No hay evidencia sólida de su efectividad según diversas revisiones recientes. Además, puede tener efectos adversos, como el aumento del consumo de alcohol por parte de los acompañantes, el menor uso de sistemas de retención de los pasajeros y la relajación en el control del consumo por parte del establecimiento.
Otras intervenciones han mostrado cierto grado de efectividad. Como ejemplos:
- la formación de los vendedores de bebidas para fomentar la abstinencia al conducir
- y promover el uso del transporte público entre los clientes que han consumido alcohol.
Estas intervenciones, integradas en programas comunitarios de prevención del daño causado por el alcohol, resultan interesantes. Además han tenido algunas experiencias positivas en nuestro país.
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