Las medidas a adoptar en relación con la vía según la Estrategia 2030 de seguridad vial: Disminuir las exigencias del entorno.
Todo conductor, al circular por una infraestructura vial o carretera, debe enfrentarse y resolver todo tipo de incidencias propias de esa vía. Es fundamental, por el bien de la seguridad vial, reducir o mitigar al máximo el nivel de dificultad o peligro de dichas incidencias. Para conseguir esto, pueden aplicarse una serie de medidas de carácter técnico con el fin de eliminar o, como poco mitigar, todos estos factores de riesgo asociados a la propia vía y su entorno.
En el post «La vía y su entorno como causas de siniestros viales» ya analizamos la incidencia de este elemento en los accidentes viales. A continuación comentaremos las propuestas que se realizan en la «Estrategia 2030» para reducir el riego en el factor vía y su entorno
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La circulación está compuesta por tres elementos que son la persona, el vehículo y la vía con su entorno. Los dos primeros forman un conjunto que se desplaza por el tercero. Éste último componente, la vía y su entrono, está compuesta a su vez por:
- Elementos estáticos y permanentes: el firme y la estructura vial, las señales, sistemas de seguridad pasiva de la vía, obstáculos, estructuras adyacentes próximas, etc.
- Elementos móviles: otros vehículos de diferentes clases, peatones y resto de usuarios
- Oros elementos que conforman el entorno que están en constante cambio y son de difícil control: condiciones meteorológicas, luminosidad general, temperatura, etc.
Este conjunto global deben permitir al conductor desarrollar y seguir una trayectoria natural y evidente, exenta de situaciones inesperadas.
A partir de lo expuesto, las acciones encaminadas a disminuir las exigencias o peligros del entorno se pueden agrupar principalmente en tres categorías:
- Mejora de la información o sistemas de aviso
- Mejora de la normativa
- Supresión o disminución de los objetivos propios de la infraestructura
Con estas medidas se persiguen tres objetivos:
- Suavizar el nivel de exigencia
- evitar saltos bruscos en el nivel de conducción y atención del conductor
- eliminar los imprevistos y las situaciones inesperadas
1- Actuaciones relacionadas con la señalización
La señalización de la vía, en sus diferentes formas (señales verticales, semáforos, marcas viales…) son un elemento fundamental de seguridad activa de la infraestructura viaria. Además de delimitar la carretera ofrecen al conductor diferentes informaciones y pautas de comportamiento con el fin de conseguir una circulación segura y fluida.
Con respecto a la señalización, es fundamental el mantenimiento y conservación de dichos elementos y la sustitución de los deteriorados u obsoletos. Pero igualmente adquiere gran importancia tener en cuenta el techo de capacidad del conductor y no llegar a una sobrecarga, en cuanto a la información que se le ofrece. En este sentido es importante no intentar solucionar deficiencias, por ejemplo estructurales de la calzada, con un exceso de señalización.
Debido a su carácter de continuidad y presencia sobre la propia calzada, las marcas viales se pueden considerar como una de las señales viales que ofrecen más seguridad a la hora de dirigir al conductor. Además, tienen la ventaja de que sus indicaciones no son ocultadas por el tráfico o destruidas por accidentes, como puede suceder con las señales verticales. Como desventaja se puede citar que requieren un mayor mantenimiento para que no se borren y puedan ser perfectamente legibles.
2- En relación con la infraestructura
En la «Estrategia 2030» se recalca el resultado de varios estudios que afirman que las carreteras bien conservadas, bien señalizadas y bien trazadas, en las que un conductor no requiere gran esfuerzo para seguir una trayectoria natural, sin el riesgo de encontrarse ante situaciones de sorpresas inesperadas, contribuyen sin ninguna duda a una mejora de la seguridad vial y, por lo tanto, a una reducción de los siniestros viales.
Son dos las medidas que se proponen para aumentar el margen de seguridad del conductor:
- Fijar normas de obligado cumplimiento aplicadas a las alternativas de elección posible.
- Reducir, mediante modificaciones físicas del sistema de circulación, la posibilidad de alternativas de elección del conductor.
La mejora de la red viaria, a pesar de ser fundamental, supone esfuerzos muy costosos y, en muchas ocasiones, se les considera demasiado lentos y casi nunca suficientes. Las actuaciones que se realizan suelen ser:
- construcción de nuevas autopistas y de autovías;
- ensanchamiento y mejora de las carreteras convencionales;
- construcción de variantes para eludir travesías de poblados;
- mejora de tramos deslizantes;
- construcción y pavimentación de arcenes,
- corrección de «tramos de concentración de accidentes», o lugares en los cuales se producen un cierto número de accidentes anualmente
A la hora de actuar en la modificación de una estructura vial es fundamental es fundamental valorar el equilibrio entre la seguridad y la fluidez, ya que sueles ser cuestiones contrarias, un aumento de la primera suele redundar en una dimisión de la segunda. Por ello es necesario encontrar un equilibrio entre ambas, teniendo en cuenta que, la seguridad siempre será prioritaria con respecto a la fluidez.
3- Medidas en relación con la regulación del tráfico
El papel de la normativa legal es fundamental en este apartado de la regulación del tráfico. Esta legislación, como ocurría en el caso anterior, debe intentar encontrar un equilibrio entre seguridad y fluidez.
La Policía de tráfico juega un papel protagonista en este conjunto de medidas. Sus actuaciones deben ir encaminadas, tanto a disminuir las exigencias del trazado como a facilitar la fluidez de la circulación. Ejemplos claros de la eficacia de estas actuaciones policiales son las operaciones salida o retorno de vacaciones o los dispositivos en caso de siniestros viales. En todos estos casos se ve clara la rebaja de las exigencias en la conducción, gracias a la actuación policial.
4- Medidas en relación con las condiciones meteorológicas o ambientales adversas
Estas situaciones, en las que la meteorología interviene de forma negativa y decisiva en la conducción, es otra de las variables tenida en cuenta en la «Estrategia 2030» ya que disminuyen de forma importante los niveles de seguridad en la conducción.
Los formas de actuación que se propones son dos:
- Mejorar la información que se proporciona al conductor. En este aspecto es primordial la señalización de todo tipo y los avisos por diferentes canales como la radio o internet. Mediante estos medios, los Centros de Gestión e Información de Tráfico puede avisar de las posibles incidencias meteorológicas en determinadas zonas y de las medidas a adoptar (uso de cadenas, evitar circular, etc.)
- Mejorar aspectos mecánicos del vehículo y de la vía. Un aspecto importante, a tener en cuenta en este sentido, sería la mejora de la iluminación y de la visibilidad. Gracias a los sistemas de alumbrado de las vías públicas, sobretodo en tramos o puntos singulares (tramos de autopista, intersecciones, pasos para peatones, etc.). La iluminación pública es uno de los grandes recursos para mejorar tanto la fluidez como la seguridad y, por ahora, el medio más eficaz para luchar contra el deslumbramiento de las luces de carretera.
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