Una guía para la Formación Vial Integral
La Formación Vial Integral es una medida efectiva y clave para prevenir accidentes: el factor humano, la intervención en seguridad y la responsabilidad de los conductores para evitar accidentes son fundamentales
La importancia de la formación vial para prevenir accidentes
Los siniestro viales están causados principalmente por tres factores, siendo el factor humano de mayor importancia. La persona está presente en aproximadamente el 70 y 90 % de los accidentes. Por esta razón, dentro de las diversas herramientas de intervención en seguridad vial, la formación vial destaca como una de las más efectivas para prevenir o reducir accidentes y minimizar riesgos. Es fundamental que los conductores asuman la responsabilidad de evitar la mayoría de los accidentes.
La aptitud para conducir es el resultado de un proceso de aprendizaje que abarca un período relativamente largo. Antes de que una persona acuda a la autoescuela para obtener una autorización administrativa para conducir, ya ha tenido experiencias desde temprana edad relacionadas con la circulación, ya sea como peatón o pasajero.
El aprendizaje inicial de los futuros conductores para obtener el permiso de conducción es de vital importancia. Durante este proceso, los aspirantes interiorizan las normas de obligado cumplimiento para garantizar la seguridad vial y practican las habilidades necesarias para manejar el vehículo con precisión.
En sus inicios, el número de vehículos era reducido y las normas de circulación eran sencillas. La enseñanza de los conductores se centraba únicamente en el manejo del automóvil. Con el tiempo, las carreteras y el número de conductores aumentaron, y las regulaciones de circulación y los vehículos se volvieron más complejos.
Desde la década de los cincuenta, los investigadores han subrayado la importancia de una sólida formación del conductor como un elemento esencial para prevenir accidentes y, en consecuencia, mejorar la seguridad vial. Como resultado, se ha ido introduciendo gradualmente en las legislaciones europeas el examen teórico para la obtención del permiso de conducción. Inicialmente, este examen se centraba principalmente en aspectos relacionados con la reglamentación y la normativa, pero con el tiempo se ha ido reconociendo la necesidad de que los aspirantes al permiso también adquieran conocimientos sobre la conducta adecuada durante la conducción.
En la actualidad, nuestro Reglamento General de Conductores establece que los aspirantes a obtener la correspondiente autorización administrativa para conducir deben demostrar que poseen los conocimientos, aptitudes y comportamientos necesarios para manejar vehículos a motor y ciclomotores. Esta evolución en los requisitos del examen ha contribuido a fortalecer la preparación de los conductores y, en última instancia, a aumentar la seguridad en las vías.
Retos y controversias en la formación de conductores noveles
Se suscitan debates en distintos países acerca de la formación adecuada para los conductores novatos, como medida preventiva contra los accidentes de tráfico. Las estadísticas demuestran que existe una tasa relativamente alta de accidentes entre los conductores durante sus primeros años de conducción, especialmente en el grupo de edad de dieciocho a veinte años. Esto se atribuye, en parte, a la inexperiencia e inmadurez, así como a la tendencia de los jóvenes a asumir mayores riesgos. También se explica por la percepción que tienen los conductores novatos sobre los peligros en el tráfico. La capacidad para percibir el peligro y responder de forma adecuada depende tanto de:
- la edad
- como del tipo de formación recibida
- y la experiencia en la conducción.
Se reconoce que la percepción del peligro es una habilidad que puede y debe ser entrenada, por lo que los aspirantes a obtener el permiso de conducción deben ser instruidos para detectar el peligro, evaluarlo correctamente y evitar una percepción excesivamente optimista sobre sus habilidades para controlar el vehículo. Por ende, la formación para obtener la autorización administrativa para conducir adquiere una importancia trascendental.
Los profesores de formación vial en las escuelas particulares de conductores tienen un doble objetivo:
- asegurar que los aspirantes alcancen un nivel mínimo en conocimientos, aptitudes y comportamientos que les permitan conducir con un nivel básico de seguridad,
- fomentar en los conductores la capacidad de autodesarrollo y promover el aprendizaje continuo después de obtener la autorización administrativa para conducir. Esta orientación en la formación busca no solo formar conductores seguros desde el principio, sino también fomentar su crecimiento como conductores responsables y preparados en el futuro.
Hacia una formación integral y socialmente responsable
Un programa de formación de conductores debe enfatizar no solo la normativa vial y los riesgos asociados con su incumplimiento, sino también los modelos de comportamiento que consideren los factores motivacionales que influyen en la conducción. Es fundamental prestar especial atención a la conducción como una situación particularmente marcada por la interacción social.
En este tipo de programa, se deben abordar aspectos que comprendan cómo las motivaciones y las influencias sociales pueden afectar el comportamiento del conductor en la vía pública. Se busca crear conciencia sobre cómo nuestras decisiones al volante pueden ser moldeadas por diversos factores, como:
- la presión social,
- las emociones,
- la cultura vial, entre otros. Al comprender estos aspectos, los conductores estarán mejor preparados para tomar decisiones más seguras y responsables durante la conducción Ello a su vez contribuirá a mejorar la seguridad vial en general.
El énfasis en la interacción social durante la conducción es clave. Esto se debe a que las acciones y reacciones de los demás usuarios también influyen directamente en la seguridad y el comportamiento del conductor. Por tanto, se deben fomentar habilidades de comunicación, empatía y anticipación para:
- adaptarse de manera efectiva al entorno vial
- y reducir los riesgos asociados con la conducción.
En resumen, un programa de formación vial efectivo debe incluir el análisis de los factores motivacionales y las interacciones sociales en la conducción. El fin último debe ser el de promover comportamientos seguros y responsables en los conductores, mejorando así la seguridad vial en su conjunto.
Los felicito por tan importante información que conlleva a la formación vial que ameritan tener los conductores.
Gracias Gilberto por tu comentario