Cuando una marca consista en una línea longitudinal continua adosada a otra discontinua, los conductores no deben tener en cuenta más que la línea situada en el lado por el que circulan. Cuando estas marcas separen sentidos distintos de circulación, esta disposición no impide que los conductores que hayan efectuado un adelantamiento vuelvan a ocupar su lugar normal en la calzada.

Además de estas marcas, existen otras señales viales que se utilizan para orientar a los conductores y mejorar la seguridad en la carretera. Algunos ejemplos son las líneas discontinuas, que se usan para separar carriles o para marcar el final de una zona de trabajo; las líneas transversales, que se colocan en ángulo a la calzada y sirven para indicar una curva o un cambio de dirección; y las señales de tráfico, que son figuras o símbolos que indican a los conductores el comportamiento que deben seguir en un determinado lugar.