Es una bicicleta reducida a su mínima expresión. Por lo tanto, se prescinde de elementos que no son imprescindibles para circular correctamente en bici, como por ejemplos los frenos y los cambios, y todo el cableado que va asociados a ellos. Así que el sistema de frenado de las fixies es completamente diferente al de las bicicletas tradicionales.
Es una bicicleta monomarcha, que no tiene piñón libre, lo que significa que no tiene punto muerto; es decir, los pedales están siempre en movimiento cuando la bicicleta está en marcha. Esto significa que no se puede dejar de pedalear, ya que, mientras la rueda trasera gire, la cadena y los pedales girarán siempre solidariamente. Por este motivo, se puede frenar haciendo una fuerza inversa al sentido de la marcha, y también ir marcha atrás. La fixie no incorpora freno, sino que para bajar la velocidad hay que dar pedales a menor velocidad; y para frenar completamente hay que bloquear el movimiento de los pedales de tal manera que la bicicleta derrapa.
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