Distracciones al volante: gps, radio, fumar, comer…
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¿Sabes cómo afectan las distracciones a tu conducción?
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Te damos unos consejos para conducir concentrado
Hoy el teléfono es el principal peligro al volante, aunque hay otros estímulos que también hacen que perdamos la atención a lo que sucede en la carretera y que son igual de peligrosos. Vamos a saber cuáles son.
Cambiar de emisora o subir y bajar la música son acciones que hemos introducido con normalidad en la conducción. Sin embargo, estos comportamientos entrañan riesgos innecesarios que pueden tener consecuencias desastrosas.
Nueve de cada diez distracciones al volante son por el uso del móvil pero existen otras muchas acciones que quitan la atención de la vía; por ejemplo, manejar el navegador. En una semana la DGT denunció a 33 conductores por este motivo.
La distracción es el principal factor concurrente en la siniestralidad. Manejar la radio, el navegador y toda una serie de elementos que ahora vienen en el vehículo puede traer consecuencias.
A 100 km/h el segundo que pasamos atendiendo a esto avanzamos 30 m sin que nos hayamos dado cuenta. Por tanto, ese tiempo es el que no tenemos para frenar o para cambiar nuestro modelo de conducción.
En la misma semana 32 personas fueron denunciadas por distraerse al comer conduciendo y 372 por colocarse el cinturón con el coche en marcha. El mejor ejemplo es la norma que regula el examen de conducir. En cinturón se pone y se quita antes y después de la conducción, no durante.
En la campaña 384 conductores fueron sancionados por usar auriculares conectados a reproductores de sonido distintos al teléfono móvil. Conducir con auriculares supone también un problema; es la anulación de uno de los sentidos, que es importante para la conducción. Muchas veces reaccionamos en función de lo escuchamos en el entorno. Si no lo escuchamos porque los auriculares lo anulan, perdemos uno de los sentidos.
Fumar conduciendo no es una infracción; sin embargo, los agentes pueden considerar que este hábito está generando una distracción y, por tanto, el conductor puede ser sancionado. En el fumar hay tres momentos especialmente complejos: el pre, cuando vamos a encender el cigarrillo; el mientras lo estamos fumando; y el pos, cuando lo apagamos. Si no fumamos cuando vamos en el tren, si no fumamos cuando vamos en el avión parece lógico y razonable que no lo hagamos las dos horas que vamos en el coche. Puedes parar y puedes fumar el cigarro.
Una vez el vehículo vuelve a estar en marcha, nuestra atención debe estar puesta únicamente en la carretera. Cualquier distracción, por pequeña que sea, puede terminar de la peor manera.
Texto y vídeo extraídos del programa «Seguridad Vital»
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