Personalidades de los conductores
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Infracciones de tráfico consideradas como leves
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Principios explicativos del comportamiento del conductor
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Artículo 87: Denuncias de tráfico
Es muy común que los conductores digamos que cuando estamos en el coche nos transformamos, pero los psicólogos aseguran que cuando estamos en el automóvil nos sale nuestro verdadero yo. Hay un estudio europeo muy curioso que hace una clasificación de hasta cinco personajes diferentes en los que podemos convertirnos cualquier conductor. Así que vamos a ver, porque seguro que todos nos reconocemos en estos cinco modelos.
Nuestro estado anímico y emocional nos influye al conducir y además es contagioso. Un conductor que respeta nuestra prioridad… Provocará que nosotros en otra ocasión nos comportemos de la misma manera.
Existen determinadas personalidades como conductor. Lo interesante es que cualquiera podemos transformarnos en un momento dado. No somos compartimentos estancos y solo tenemos de una, y muy probablemente en base al comportamiento del resto, la situación del tráfico y nuestro propio estado de ánimo nos vamos transformando.
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- El estilo de conducción de un sabelotodo es el de alguien que siente que hacer mejor que los demás la conducción y que va muy pendiente del error ajeno. Si yo llego a gritar a la persona lo que voy a provocar en ella es un rechazo. No son formas de transmitir algo empáticamente, sino que son correctivas y no llega el mensaje.
- Un estilo de conducción que se deja notar por el rivalizar constantemente. Cada comportamiento ajeno es tomado como una ofensa y lo que hace es competir. El escenario de la conducción lo pone en bandeja, porque hay tiempos, hay semáforos, hay oportunidad de adelantar… Es decir, en un momento dado, ponen en tela de juicio las señales, ya sean de velocidad, de prohibición o de prioridad, porque lo que va antes son ellos. Pasan a la acción; se dejan llevar por ese impulso primitivo y lo que hacen es encarar a la persona. Podrían bajar del coche dejándolo de cualquier forma, obstaculizando la vía, e ir en busca de ese encontronazo con el otro. Se pone en un plano secundario la seguridad, la propia y la ajena.
- También hay otros tipos de conductor más tranquilo, pero cuidado, tranquilidad no siempre es sinónimo de seguridad. Trata constantemente de evadir una realidad que incomoda. La persona tendente a evadirse escucha música, aprovecha para hacer una llamada… Ocurre que hay veces que hacemos un hábito de la distracción y hablamos de una conducta desatenta. Presume de una tranquilidad magistral, que justifica racionalmente el comportamiento de los demás. En un momento determinado, este exceso de conducta preventiva supone que otras personalidades puedan aprovecharlo a su favor. Por ejemplo, en una rotonda, en un momento de cautela excesiva, no ve la ocasión de entrar… Y va a generar una congestión.
La realidad es que hay tantas personalidades como conductores. Para mantener a raya nuestra peor versión, es muy importante recordar que en la carretera nunca estamos solos.
Texto y vídeo extraídos del programa Seguridad VItal