Frenar con ABS
En una frenada de emergencia con un coche dotado de ABS, ya sea en recta o curva, sobre firme seco o mojado, con ‘aquaplaning’ o nieve, siempre se debe apretar el pedal a fondo y desde el primer instante, para provocar el máximo de intensidad de frenado posible”, al contrario de lo que hace mucha gente, que pisa el freno y levanta el pie, lo que impide que el ABS funcione correctamente y propicia el bloqueo de las ruedas. Al mismo tiempo hay que “pisar el embrague para que el empuje del motor sobre las ruedas desaparezca y a los frenos les resulte más sencillo detener las ruedas, con lo que se evitará de paso cualquier posible calado de la mecánica.
Una de las ventajas añadidas del ABS, según explican en Bosch, es que se adapta a todo tipo de terrenos con el fin de que pueda asegurar la trayectoria del vehículo, la estabilidad y la maniobrabilidad bajo todas las condiciones de la calzada, desde la seca, con mucho agarre, hasta la superficie helada, muy deslizante. No obstante, existen determinadas circunstancias en las que un vehículo dotado de ABS necesitará más distancia para detener el automóvil que si careciera del mismo, pero, en cualquier caso, son situaciones excepcionales que escapan al control de un conductor profano en la materia y en las que el sistema ABS reporta sin lugar a la duda más ventajas que inconvenientes.
Situaciones de uso
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- Asfalto seco: en este firme, el agarre es total y ante una frenada de emergencia, el ABS evita que las ruedas se bloqueen y permite recuperar el control del vehículo.
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- Suelo mojado: es una de las situaciones más frecuentes y que más peligro entrañan en la conducción en el caso de una frenada brusca. El sistema ABS permite que los neumáticos sigan rodando y la dirección del vehículo responda a tus necesidades. Con ‘aquaplaning’, en este tipo de circunstancia, en que las ruedas flotan sobre una calzada cubierta de agua , el sistema ABS se adapta a la situación para mantener la estabilidad y la marcha en línea recta.
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- Hielo o nieve: en situaciones de adherencia muy baja, como en el caso de hielo o nieve compactada, aunque entre en funcionamiento el sistema antibloqueo de frenos que permite mantener la capacidad de dirección del vehículo -por lo que se puede frenar y girar el volante al mismo tiempo-, escuelas de conducción como la del Race recomiendan levantar totalmente el pie del pedal del freno para conseguir girar. Por otro lado, si la nieve es virgen (blanda), un vehículo dotado de ABS puede necesitar más metros para detenerse que uno sin ese dispositivo, pues al bloquearse las ruedas, la nieve acumulada delante del tren delantero contribuye a un efecto de frenado adicional y el neumático encuentra mayor adherencia por debajo de la capa deslizante.
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- Gravilla suelta: otra de las excepciones como la anterior. Además, se añade el inconveniente -en el caso de los todoterreno- de que al tratarse de una superficie deslizante se requiere que los frenos respondan cuando y como quieras, por lo que el ABS resulta molesto. Lo deseable sería que se pudiera desconectar. Como eso no es posible y, además, sería muy peligroso, los vehículos de tracción total cuentan con diferencial autoblocante que evita la situación descrita.
Vídeo extraído del programa de TVE SeguridadVital
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