Estos son algunos de los factores que alteran la capacidad de atención al conducir
El sistema nervioso y, nuestro fisiología, en general están íntimamente ligados nuestra atención. Es por ello que no sorprende que se pueda alterar con situaciones o sustancias que alteran el estado de activación de nuestro sistema nervioso. De esta forma, no solo la ingesta de alcohol o drogas pueden modificar considerablemente nuestra atención; también situaciones cotidianas de nuestro quehacer diario como conducir cansado o con somnolencia, reducen los niveles de alerta.
Alcohol
Esta sustancia es uno de los factores más recurrentes que causan los siniestros viales en nuestro país y en todo el mudo. Uno de los efectos principales en el conductor son las variaciones que se producen en los patrones de exploración ocular.
Cuando una persona alcanza tasas próximas a 0,4 aparecen dificultades en tareas relacionadas con:
- la atención dividida. Cuando el conductor debe atender a dos estímulos diferentes a la vez
- la concentración de las fijaciones oculares en el centro del campo visual,
- modificaciones en la convergencia de ambos ojos con la consecuente alteración de la capacidad de percepción de distancias,
- así como alteraciones en movimientos oculares de seguimiento.
A partir de concentraciones de 0,6 g/l de alcohol en la sangre del conductor se producen:
- alteraciones del nistagmus fisiológico,
- y dificultades para discriminar objetos en la zona periférica del campo visual
En tasas de 0,8 g/l de alcohol en sangre:
- el estrechamiento del campo visual es significativo,
- los movimientos oculares se vuelven más lentos,
- resultan alteradas las funciones de vigilancia
- y dejan de realizar fijaciones sistemáticas en los vehículos que pasan, al contrario de lo que sucede con los conductores que no han ingerido alcohol.
Fatiga.
Este factor da lugar a patrones oculomotores menos eficientes. Cuando una persona conduce estando fatigada, tiende a mirar al borde derecho de la calzada en vez de hacerlo hacia el frente, como lo hace un conductor descansado. Esto se produce sobre todo en los instantes antes de quedarse dormido.
Sueño.
De todos es sabido que contra el sueño al conducir es imposible luchar porque la batalla está perdida de antemano. Cuando intentamos seguir nuestro camino, a pesar de que nos comienza a afectar la somnolencia, una de las consecuencias es la aparición de pequeños espacios de tiempo se producen «cabezadas» en las que se pierde el control. Ello puede dar lugar, en numerosas ocasiones, al temido accidente. Sin embargo, antes de entrar en una etapa de sueño, existen una serie de indicios que no avisan que debemos parar y descansar:
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