Circulación de ciclistas por las vías públicas
Cómo deben circular los ciclistas por las vías públicas es un hecho genera mucha controversia entre los distintos usuarios de la vía. Sin ninguna duda, el ciclismo está experimentando un boom. Cada vez son más personas las que cogen la bicicleta, no solo para hacer deporte, sino también para desplazarse por las ciudades. La conciencia por la movilidad sostenible impregna a las nuevas generaciones que escogen este medio de transporte como una alternativa más económica y ecológica al vehículo motorizado tradicional.
CUANDO SE CIRCULE POR UNA VÍA INTERURBANA:
- Si existe vía para ciclistas
Ésta estará indicada con las correspondientes señales y se deberá circular por ella.
- Si no existe vía para ciclistas
En el caso de que no exista vía, o parte de ella que esté especialmente destinada a las ciclistas, hay que circular por el arcén de la derecha si fuera transitable o suficiente, y si no lo fuera, se utilizará la parte imprescindible de la calzada. Pueden circular en fila de a dos, salvo en tramos sin visibilidad, como curvas, cambios de rasante o zonas con niebla. También pueden formarse pelotones compactos en fila de a dos.
Únicamente se podrá abandonar el arcén en descensos prolongados con curva, cuando razones de seguridad lo permitan, excepto si se circula por una autovía.
CUANDO SE CIRCULA POR LA CIUDAD:
Dentro de las ciudades, las bicicletas pueden circular por el carril bici, si lo hubiera, o por la calzada junto al resto de transportes mecanizados. Los ciclistas sólo pueden circular por las aceras en zonas específicamente habilitadas y señalizadas para tal uso. En caso contrario, el ciclista debe convertirse en peatón, es decir, bajar de la bicicleta y empujarla. Algunos Ayuntamientos han permitido que las bicicletas circulen por las aceras pero las asociaciones de conductores alertan que estas ordenanzas municipales contradicen la ley general y están siendo anuladas en los tribunales.
Si se va en grupo se podrá circular en columna de a dos, como máximo. Si hay poca visibilidad o el tráfico se complica, por seguridad, se circulará en hilera, de uno en uno.
Importancia de mantener la distancia con los ciclistas
Es indudable que la bicicleta es un medio de movilidad ideal y no hace falta que repitamos los beneficios que tiene para la salud y para el medio ambiente. Pero además las bicicletas ayudan a descongestionar el tráfico en nuestras ciudades porque ocupan mucho menos espacio que otros vehículos. Sin embargo, como vamos a ver, hay muchos conductores que no son conscientes de que los ciclistas están ahí y de que son además extremadamente frágiles. En los últimos años la bicicleta ha sustituido en un 40% al coche o la moto en los desplazamientos cotidianos. De hecho según el último barómetro oficial, nueve millones de españoles hacemos uso de ella semanalmente. Pues mucho ojo porque un 16% de los usuarios reconoce haber tenido algún accidente mientras circulaba en este vehículo.
-Los ciclistas somos vulnerables porque somos el colectivo débil. Somos muy frágiles. Nuestro propio cuerpo es nuestra carrocería. No tenemos una masa metálica que nos proteja ante cualquier impacto o golpe.
-Somos relativamente poco visibles y la diferencia de velocidad entre el vehículo a motor y el ciclista causa cierta vulnerabilidad.
Respetar desde nuestro vehículo la distancia de seguridad es fundamental para convivir en la vía con el ciclista. Lo más frecuente son los adelantamientos sin respetar la distancia de 1,50 m. Respetar el 1,50 m es muy importante porque el rebufo de los vehículos sobre todo pesados hace un campo de succión y cualquier mínima sacudida hace que te puedas estrellar contra el coche o caer. Cuando estás circulando a altas velocidades, cualquier caída te puede suponer una lesión grave, y no digamos un atropello.
Un hábito muy común es pitar para avisar de nuestra presencia; una acción que puede desestabilizar a quién va sobre dos ruedas. Lo que hace es que en un momento determinado, si es muy cercano, te dé tal susto que puedas perder la dirección con la bici, causando la caída y el peligro. Si vas concentrado en la bicicleta, en el esfuerzo, pues a veces te llevas un susto y el susto hace que des un golpe de manillar y te vayas al suelo. Si vas en un grupo, un golpe de manillar tira a uno e implica la caída de bastantes personas.
No solo en la carretera existe el peligro. Los colectivos vulnerables también pueden provocar accidentes entre ellos. Una de las infracciones que más cometen los ciclistas es ir por las aceras y eso no debe hacerse jamás, porque causamos más peligro para los más vulnerables, que son los peatones. Dicho lo cual, en los espacios donde tenemos derecho a movernos, es peligroso para ambos, sobre todo porque el peatón tiene unos movimientos muy impredecibles, que la bici no tiene y, por tanto, es muy probable que un peatón un giro brusco, etc., pueda interceptar con una bici para el peligro, el riesgo y las lesiones para ambos.
Sea cual sea la vía, concienciarnos es clave para reducir el número de accidentes. Si no ves que el ciclista va bien, no por ello te da derecho a ser un justiciero que le ponga en peligro. Hay que aprender un poco a respetar al ciclista. En este mundo vamos con muchas prisas, pero que tardes más o tardes menos a lo mejor puede significar llegar con vida.
La DGT ha editado el GUÍA DEL CICLISTA
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