El peligro de los recorridos cortos en vehículos
Dar un paseo corto por cualquier ciudad o por estos jardines en los que pintó Francisco de Goya no tiene por qué tener ningún peligro. Bueno, salvo que surja un imprevisto. Lo mismo ocurre cuando circulamos con nuestro vehículo, que aunque hagamos un trayecto muy corto, no podemos bajar la guardia y debemos tener en cuenta que también existe la accidentalidad en trayectos cortos. Es la manera de evitar que suframos un siniestro. La conducción no admite vacaciones y, por tanto, tenemos que tener y mantener los mismos criterios de seguridad para realizar un recorrido de tan solo 100 metros que si vamos a realizar un trayecto de 700 km.
Durante los trayectos cortos, podemos excedernos en la confianza y cometer determinadas infracciones como chatear por el móvil, sobrepasar la velocidad permitida o no usar el cinturón. Estos pequeños viajes pueden convertirse en desplazamientos muy peligrosos si nos arriesgamos con conductas que podríamos evitar.
Un viaje de corta distancia es aquel que normalmente se realiza ahora en verano hasta una hora de duración. Se suele realizar en vías urbanas y en vías secundarias, y precisamente por eso entraña una mayor peligrosidad. Precisamente porque en este tipo de vías confluyen ciclistas, motoristas, vehículos pesados; y es donde más accidentes se producen.
Se suelen producir unas infracciones típicas, derivadas de ese exceso de confianza y de esa relajación en las medidas de seguridad.
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- El uso del móvil; ya no solo por atender o emitir una llamada, sino también, y más peligroso aún, el envío o la recepción de WhatsApp.
- No nos ponemos el cinturón de seguridad,
- al niño no le colocamos correctamente el sistema de retención infantil; y eso hace que muchos de los accidentes entrañen graves consecuencias.
No hay que olvidar que la mayoría de las fiestas de los pueblos y de las ciudades se celebran en periodo estival, y es cuando más consumo de alcohol se realiza. Además, en los desplazamientos cortos, también podemos descuidar nuestro vestuario e incluso conducir con un calzado inapropiado. Aquí vemos la figura típica de aquel que va de la playa al chiringuito, que piensa que es un recorrido de apenas unos metros, y vamos con chanclas… A eso hay que añadir la falta de visibilidad. Muchas veces en los coches, la sombrilla, la mochila, el emplazamiento de la carga hacen que nos impida ver.
Con respecto a los motoristas, todavía hay algunas excepciones, que piensan que por realizar un pequeño recorrido no es necesario protegerse la cabeza. El accidente para un motorista se puede producir casi estando parado. Nos podemos golpear la cabeza y, si no llevamos adecuados sistemas de seguridad, podemos pagar unas graves consecuencias.
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