Transporte colectivo de personas. Artículo 11 del RGC

por | Dic 11, 2024 | Reglamento General Circulación

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Análisis del Artículo 11 del Reglamento General de Circulación (RGC)


¿Sabías que un simple descuido en el transporte colectivo puede poner en riesgo la vida de decenas de personas? Aunque muchos pasajeros confían plenamente en la seguridad del transporte público, las normas detrás de su operación son esenciales para garantizar trayectos seguros y cómodos. En este artículo, analizaremos el Artículo 11 del Reglamento General de Circulación (RGC) desde la perspectiva de la educación y seguridad vial, explicando su importancia y cómo impacta tanto a conductores como a pasajeros.

 


¿Qué dice el Artículo 11 del RGC sobre el transporte colectivo de personas?

 

Este artículo del Reglamento General de Circulación detalla las obligaciones y responsabilidades tanto del conductor como de los pasajeros en los vehículos destinados al transporte colectivo.

 

Artículo 11. Transporte colectivo de personas.

1. El conductor deberá efectuar las paradas y arrancadas sin sacudidas ni movimientos bruscos, lo más cerca posible del borde derecho de la calzada, y se abstendrá de realizar acto alguno que le pueda distraer durante la marcha; el conductor y, en su caso, el encargado, tanto durante la marcha como en las subidas y bajadas, velarán por la seguridad de los viajeros.

2. En los vehículos destinados al servicio público de transporte colectivo de personas se prohíbe a los viajeros:

a) Distraer al conductor durante la marcha del vehículo.

b) Entrar o salir del vehículo por lugares distintos a los destinados, respectivamente, a estos fines.

c) Entrar en el vehículo cuando se haya hecho la advertencia de que está completo.

d) Dificultar innecesariamente el paso en los lugares destinados al tránsito de personas.

e) Llevar consigo cualquier animal, salvo que exista en el vehículo lugar destinado para su transporte. Se exceptúan de esta prohibición, siempre bajo su responsabilidad, a los invidentes acompañados de perros, especialmente adiestrados como lazarillos.

f) Llevar materias u objetos peligrosos en condiciones distintas de las establecidas en la regulación específica sobre la materia.

g) Desatender las instrucciones que, sobre el servicio, den el conductor o el encargado del vehículo.

El conductor y, en su caso, el encargado de los vehículos destinados al servicio público de transporte colectivo de personas deben prohibir la entrada y ordenar su salida a los viajeros que incumplan los preceptos establecidos en este apartado.

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Transporte colectivo de personas. Artículo 11 del RGC (Reglamento General de Circulación).

Transporte colectivo de personas. Artículo 11 del RGC (Reglamento General de Circulación).

 


Puntos clave del artículo 11 del RGC

 

Obligaciones del conductor

  1. Conducción suave y segura:
    El conductor debe realizar las paradas y arrancadas sin movimientos bruscos, evitando sacudidas que puedan causar caídas o lesiones a los pasajeros. Además, debe detener el vehículo lo más cerca posible del borde derecho de la calzada, respetando siempre las normas de tráfico y las condiciones del entorno.
  2. Atención plena a la conducción:
    No se permite que el conductor realice acciones que puedan distraerlo durante la marcha, ya que la concentración es fundamental para prevenir accidentes.
  3. Vigilancia activa de la seguridad:
    Tanto el conductor como, en su caso, el encargado del vehículo tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de los pasajeros durante el trayecto, así como en los momentos de subida y bajada.

 

Prohibiciones para los pasajeros

El Artículo 11 del RGC también especifica acciones prohibidas para los pasajeros del transporte colectivo. Estas normas buscan evitar riesgos y mantener el orden dentro del vehículo:

  1. No distraer al conductor:
    Parece obvio, ¿verdad? Sin embargo, muchas personas no se dan cuenta de cómo una simple conversación puede distraer al conductor. En países como Japón, está mal visto hablar con el conductor del autobús, llevando esta norma al extremo.
  2. Subir y bajar por los lugares designados:
    Esta norma no solo es por seguridad, sino también por eficiencia. Imagina el caos si la gente subiera y bajara por donde quisiera. En ciudades como Londres, con sus famosos autobuses de dos pisos, esta norma es especialmente importante.
  3. Respetar la capacidad máxima del vehículo:
    «No hay sitio para uno más» no es solo una frase hecha. Exceder la capacidad del vehículo puede ser peligroso y afectar su manejo. En India, donde es común ver autobuses sobrecargados, se están implementando medidas más estrictas para hacer cumplir esta norma.
  4. Evitar bloquear el paso:
    Esta norma de cortesía básica es crucial en el transporte público. En ciudades con alta densidad de población como Tokio, existen marcas en el suelo para indicar dónde deben esperar los pasajeros para no obstaculizar el paso.
  5. Restricciones sobre animales:
    La prohibición general de llevar animales, con la excepción de perros guía, puede parecer dura para los amantes de las mascotas. Sin embargo, en algunas ciudades como San Francisco, se permiten mascotas en el transporte público bajo ciertas condiciones.
  6. Materiales peligrosos:
    Esta prohibición es crucial para la seguridad. En muchos países, llevar materiales peligrosos en el transporte público es un delito grave. Por ejemplo, en Singapur, las multas por esta infracción pueden llegar a miles de dólares.
  7. Cumplir con las instrucciones del personal:
    Esta norma refuerza la autoridad del conductor y del personal del vehículo. En países como Alemania, desobedecer las instrucciones del personal de transporte público puede resultar en multas significativas.

 

La autoridad a bordo: Conductor y encargado

El último párrafo del Artículo 11 del RGC otorga al conductor y al encargado la autoridad para hacer cumplir estas normas. Pueden prohibir la entrada o ordenar la salida de pasajeros que no cumplan con las reglas. Esta autoridad es similar a la que tienen los capitanes de barco o los pilotos de avión en sus respectivos medios de transporte.


Relación del Artículo 11 con la educación y seguridad vial

 

Importancia para la seguridad vial

La educación vial enseña que la seguridad en el transporte colectivo depende tanto del conductor como de los pasajeros. Este artículo fomenta hábitos que minimizan los riesgos, como no distraer al conductor y respetar las normas de subida y bajada. Además, refuerza la idea de que la conducción debe ser suave y atenta, evitando situaciones que puedan poner en peligro a los viajeros.

 

Enseñanza práctica para los ciudadanos

Desde pequeños, los niños pueden aprender que en el transporte colectivo es vital seguir ciertas reglas:

  • Permanecer sentados o agarrados mientras el vehículo está en movimiento.
  • Respetar las áreas de entrada y salida.
    Estas conductas no solo mejoran la seguridad, sino que promueven el respeto hacia los demás pasajeros y el personal del transporte.

 


Relación con el texto refundido de la Ley de Tráfico

 

El Artículo 11 del RGC tiene puntos en común con el texto refundido de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Por ejemplo:

  • El artículo 10 de esta ley resalta la obligación de prudencia y atención en la conducción, lo que se alinea con la prohibición de distracciones tanto para conductores como pasajeros en el transporte colectivo.
  • En el artículo 13 da unas normas generales de conducción. Su apartado segundo está relacionado con la colocación de los pasajeros en los vehículos.

 


Comparativa con otras legislaciones internacionales

 

El artículo 11 del Reglamento General de Circulación (RGC) español, que trata sobre el transporte colectivo de personas, tiene similitudes y diferencias con las leyes de tráfico de otros países:

  1. Japón: En este país asiático, las normas sobre no distraer al conductor son más estrictas. Está mal visto hablar con el conductor del autobús, llevando al extremo la prohibición de distraer al conductor durante la marcha.
  2. India: Aunque el artículo 11 del RGC prohíbe entrar en vehículos cuando están completos, en India es común ver autobuses sobrecargados. Sin embargo, se están implementando medidas más estrictas para hacer cumplir esta norma, acercándose a la regulación española.
  3. Tokio: En esta ciudad japonesa, existen marcas en el suelo para indicar dónde deben esperar los pasajeros para no obstaculizar el paso, lo cual se relaciona con la prohibición de dificultar innecesariamente el tránsito de personas en el artículo 11 del RGC.
  4. San Francisco: A diferencia de la prohibición general de llevar animales en el transporte público español (con excepción de perros guía), en esta ciudad estadounidense se permiten mascotas en el transporte público bajo ciertas condiciones.
  5. Singapur: Al igual que en España, llevar materiales peligrosos en el transporte público es un delito grave. Sin embargo, en Singapur las multas por esta infracción pueden llegar a miles de dólares, siendo potencialmente más severas que en España.
  6. Alemania: En este país europeo, desobedecer las instrucciones del personal de transporte público puede resultar en multas significativas, similar a lo establecido en el artículo 11 del RGC español.

Estas comparaciones muestran que, aunque el artículo 11 del RGC español comparte principios básicos de seguridad y orden en el transporte público con otros países, existen variaciones en la aplicación y severidad de las normas según el contexto cultural y social de cada nación

 


Situaciones curiosas en el transporte colectivo

 

El transporte colectivo de personas a menudo es escenario de situaciones curiosas y divertidas. Aquí algunas anécdotas interesantes ocurridas en diferentes partes del mundo:

Incidentes inesperados

En un autobús que regresaba del aeropuerto, un pasajero que usaba el baño salió volando cuando el conductor frenó bruscamente. El hombre aterrizó en medio del pasillo con los pantalones en los tobillos, para sorpresa de todos los presente.

Despedidas interminables

En una parada de autobús, un grupo de unos 30 italianos se despedía de forma tan efusiva y prolongada que el autobús terminó yéndose sin ellos, dejándolos atrás en medio de besos al aire y abrazos.

Asientos traicioneros

En un tren a Londres, un hombre intentó tomar un periódico de un asiento plegable. Sin darse cuenta, el asiento volvió a su posición vertical y cuando intentó sentarse de nuevo, cayó al piso con las piernas al aire.

Multas inesperadas

En algunas ciudades, las multas por comer en el transporte público pueden ser severas. A un pasajero lo multaron con $250 por comer una simple barra de chocolate en el tren.

Compañía dudosa

En 2019, en Nueva York, un pasajero intentó llevar una cabra como acompañante en el metro, alegando que era un animal de soporte emocional. Aunque la normativa del metro permitía animales en transportines, las autoridades tuvieron que intervenir debido al tamaño del animal y las posibles molestias al resto de pasajeros. Este caso resalta la importancia de reglas claras sobre el transporte de animales, como las establecidas en el Artículo 11 del RGC.

Estas anécdotas muestran que el transporte colectivo puede ser fuente de situaciones hilarantes e inesperadas, recordándonos que incluso los viajes cotidianos pueden deparar sorpresas.

 

Artículo 11. Transporte colectivo de personas. Reglamento General de Circulación

 


Reflexión final: ¿Por qué es esencial cumplir con estas normas para el transporte de personas?

 

El transporte colectivo de personas es una herramienta vital para la movilidad en las ciudades. Sin embargo, su correcto funcionamiento depende del respeto y cumplimiento de las normas. El Artículo 11 del Reglamento General de Circulación no solo protege a los pasajeros, sino que también establece un marco de convivencia y responsabilidad mutua.

Como usuarios del transporte público, debemos recordar que nuestras acciones, por pequeñas que sean, pueden influir directamente en la seguridad de todos. De la misma forma, los conductores y encargados del transporte tienen la misión de ser guardianes de esta seguridad, actuando con profesionalidad y atención.

En resumen, la educación vial y el conocimiento de normas como el Artículo 11 del RGC son fundamentales para garantizar que el transporte colectivo siga siendo un medio seguro, eficiente y accesible para todos.

 

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