La contaminación y la circulación de vehículos
La contaminación producida por los vehículos
Durante los últimos 30 años, el impacto ambiental de los vehículos ha aumentado dramáticamente debido al aumento en el número de vehículos.
El impacto de los automóviles en la calidad del aire en el mundo industrializado se ha convertido en objeto de un análisis cada vez más detallado. Hoy, el uso de vehículos es característico del modo de vida de nuestra sociedad, pero crea serios y difíciles problemas para las generaciones futuras. El efecto de este fenómeno parece ser más pronunciado en áreas concentradas, pero también es importante en áreas rurales.
Normativas reguladoras
El proceso de combustión en el motor de un automóvil produce emisiones contaminantes nocivas para las personas y el medio ambiente. El primer término “contaminación del aire” apareció el 15 de noviembre en la Ley 34/2007 de calidad del aire y protección atmosférica, que se entendió de la siguiente manera:
“la presencia en el aire de materias o formas de energía que impliquen riesgo, daño o molestias graves para las personas y bienes de cualquier naturaleza”.
En el Derecho Comunitario, el abordaje de los problemas de contaminación ha dado lugar a diversas normas, siendo la más importante la 96/61/CE o IPPC, que responde a la necesidad de un control integral de la contaminación. De acuerdo con la directiva, la contaminación significa:
“la introducción directa o indirecta, mediante la actividad humana, de sustancias, vibraciones, calor, ruido en la atmósfera, el agua o el suelo, que pueden tener efectos perjudiciales para la salud humana o la calidad del medio ambiente, o que pueden causar daños a los bienes materiales o deteriorar o perjudicar el disfrute u otras utilizaciones legítimas del medio ambiente”.
Las citadas directivas fueron transpuestas al ordenamiento jurídico español por la Ley núm. 16/2002 sobre prevención y control integrados de la contaminación, derogado y entrado en vigor hoy con el Real Decreto Legislativo 1/2016, de 16 de diciembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de prevención y control integrados de la contaminación
La Directiva 2008/50/EC del 11 de junio de 2008 define “contaminante” como cualquier sustancia en el aire que puede tener un efecto nocivo sobre la salud humana y el medio ambiente en general. El tráfico rodado es la principal causa de la contaminación del aire en las ciudades, representando más del 75% de los contaminantes más preocupantes.
La contaminación producida por los vehículos en el aire puede causar enfermedades graves en los seres humanos. Algunas de ellas son el cáncer, problemas respiratorios, problemas oculares, dolores de cabeza, etc. debido a las sustancias tóxicas emitidas. El coste de la contaminación de los vehículos de motor se estima en un 3 % del PIB de la UE.
Los motores de los automóviles dependen del combustible para obtener la energía que necesitan para moverse. En la mayoría de los casos, este combustible se deriva del petróleo, como la gasolina o el diésel. Solo una pequeña fracción de la energía del combustible está disponible para impulsar el vehículo (25% para gasolina y 35% para diesel). El resto se pierde entre la fricción, el enfriamiento y el combustible sin quemar. En este sentido se han producido importantes avances introduciendo nuevos combustibles más limpios y apostando por el vehículo eléctrico y la pila de combustible.
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