La agudeza visual en la conducción

por | Dic 12, 2022

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La importancia de la agudeza visual en la conducción

 

Agudeza visual y conducción

Agudeza visual y conducción

 

Se calcula que el 90% de la información que necesitamos para conducir un vehículo  la recibimos a través de nuestra vista. Mientras se conduce, un buen estado de la visión es esencial. La vista se ve obligada a adaptarse rápidamente a un entorno que, por la velocidad, cambia más rápido que en condiciones normales (andando, corriendo).

Dada la importancia de la visión para el conductor es necesario profundizar en algunos conceptos. Con ello comprenderemos mejor el proceso visual y evitar el accidente. Uno de estos conceptos es la agudeza visual. De forma simplificada se puede decir que es la capacidad del individuo para discriminar visualmente entre detalles distintos. En principio, cuanto mejor sea la agudeza visual, de mayor tiempo se dispondrá para reaccionar ante los estímulos.

Para renovar u obtener el permiso de conducción, uno de los primero exámenes que se realizan en los reconocimientos psicotécnicos es el de agudeza visual, y en concreto la lejana.  La normativa vial permite la conducción con una agu­deza visual binocu­lar de 0,5 (con o sin corrección). A pesar de esto, es importante que el conductor sea consciente de que debe conducir con la mejor visión que pueda conseguir.  Es por esto, que si logra una visión superior al 0,5 con gafas o lentes de con­tacto, aunque no esté obligado, es imprescindible que las utili­ce.

 

 

Teniendo una visión normal (o corregida mediante gafas o lentillas) y circulando a 100 km/h, en condiciones normales, se puede distinguir una señal de circulación a 100 metros. Si sólo se posee la mitad de la agudeza visual:

  1. se distinguirá la señal a 50 metros
  2. y se tendrá la mitad de tiempo para reaccionar ante la información de la señal de tráfico (algo menos de dos segundos). Esto puede, en ocasiones, ser insuficiente y acabar provocando un siniestro vial.

Pensemos, por ejemplo, lo importante que es identificar cuanto antes las señales que nos indican el camino adecuado para llegar a nuestro destino. Con una vista normal, todo conductor puede leer con tiempo suficiente las señales de dirección. Sin embargo, un conductor con la agudeza visual disminuida, que circule por una vía poco conocida, puede acabar cometiendo con facilidad maniobras bruscas o insuficientemente señalizadas.

El deterioro de la agudeza visual esta relacionado con diferentes factores como:

  • la fatiga general,
  • la edad,
  • la hipoglucemia,
  • las lesiones oculares,
  • el ruido,
  • los tranquilizantes,
  • el alcohol.
  • el nivel de luminosidad o los deslumbramientos.

 

 

Existe una notable alteración con la edad de las funciones sensoriales, en especial de la agudeza y sensibilidad visual. Sin embargo, se considera que las alteraciones visuales asociadas al proceso de envejecimiento constituyen un factor de riesgo sólo cuando la conducción se realiza en condiciones adversas de tráfico, baja iluminación o fatiga. Estos déficits visuales de estos conductores hacen que el procesamiento de la información del tráfico y la respuesta a la misma sean más lentos. Sin embargo, esto puede ser compensado con formación y la utilización de estrategias de conducción diferentes a las que utilizan los conductores con una buena agudeza visual. No obstante, esta compensación resulta más difícil en situaciones de tráfico ambiguo y complejo, y en individuos con un fuerte menoscabo en sus funciones cognitivas y perceptivas.

 

Deslumbramientos

 

Deslumbramiento de faro del vehículo

Deslumbramiento de faro del vehículo

Otro de los factores especialmente importantes, mencionados en relación con una disminución de la agudeza visual, ha sido el del nivel de luminosidad y los deslumbramientos. No cabe duda de que la discriminación de estímulos que realiza el conductor será más difícil con escasa iluminación, por lo que la iluminación correcta, tanto de las vías como la que procede de los vehículos, es necesaria para que el conductor tenga una buena visibilidad del entorno de tráfico. La iluminación incorrecta durante la conducción nocturna puede dar lugar a una serie de graves limitaciones. Entre ellas que se encuentran:

  • la reducción en la información visual sobre la que el conductor basa sus decisiones,
  • las dificultades en detectar objetos de bajo contraste,
  • dificultades en la estimación de la velocidad, etc.

En los deslumbramientos, el tiempo necesario para recuperar la visión normal puede llegar a ser hasta de 60 segundos, lo que implicaría recorridos muy prolongados (por ejemplo, más de 1 km, circulando a 60 km/h) con la capacidad visual alterada.

Si las condiciones generales de luminosidad son débiles, la fuente del deslumbramiento provoca una fuerte disminución en la agudeza visual del conductor, incluso aunque tenga una intensidad luminosa escasa. En cambio, si las condiciones generales de luminosidad son buenas, se necesita una fuente de deslumbramiento muy intensa para debilitar la agudeza visual.

Por otra parte. el deslumbramiento puede también producirse durante la conducción normal cuando la variación de los niveles de iluminación es muy alta y el ojo debe adaptarse a alguno de ellos. como por ejemplo al entrar o salir de un túnel.

 

Daltonismo y conducción

 

Un último aspecto interesante y muy estudiado en relación con los accidentes ha sido la visión defectuosa para los colores o daltonismo. Aunque este problema lo sufre un número muy pequeño de conductores (aproximadamente un 8%), tiene gran importancia en la seguridad vial, ya que influye de manera decisiva en el tiempo de reacción del conductor ante las señales de tráfico y los demás vehículos.

Un conductor con problemas para diferenciar el rojo o el verde puede mostrar tiempos de reacción más prolongados y tiene, por ello, mayor probabilidad de verse implicado en colisiones por alcance, por lo que se recomienda que estos sujetos incrementen sensiblemente la distancia de seguridad.

Sin embargo, diversos estudios muestran que no existe una relación causal clara entre una visión defectuosa de los colores y la accidentalidad, ya que, como en el caso de la disminución de la agudeza visual, el conductor normalmente desarrolla una serie de mecanismos compensatorios que le permiten conducir con seguridad.

 

Medir la Agudeza visual en la conducción
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