Cómo afecta el envejecimiento de los conductores a la Seguridad Vial: características y variabilidad individuales
El envejecimiento en seguridad vial: características y variabilidad individual
El envejecimiento en seguridad vial se refiere al proceso gradual de cambios físicos, cognitivos y funcionales que experimenta una persona a medida que envejece y que pueden afectar su capacidad para conducir de manera segura. Estos cambios pueden incluir:
- disminución de la visión,
- pérdida de audición,
- deterioro de los reflejos,
- disminución de la movilidad
- y cambios en las habilidades cognitivas.
El envejecimiento vial también puede estar influenciado por factores sociales, como la falta de apoyo familiar o comunitario, así como la interacción con otros conductores en el entorno vial. Es importante abordar estos factores para promover un envejecimiento saludable y seguro en la conducción.
El envejecimiento en seguridad vial se asocia principalmente con la incapacidad individual en lugar de una definición general basada únicamente en la edad cronológica. El grado de discapacidad varía según si se trata de un conductor o un peatón, y también existe una amplia variabilidad entre personas de la misma edad y en un individuo según las circunstancias del entorno.
El envejecimiento puede afectar las capacidades de conducción y peatones de forma individual, sin depender estrictamente de la edad cronológica. Existe variabilidad entre personas de la misma edad y en un mismo individuo según las circunstancias ambientales.
El término “conductor anciano” debería agrupar a aquellos con características comunes en su comportamiento vial. Deberían guiarse por peculiaridades relacionadas con factores biológicos, sociales y culturales, en lugar de definirse exclusivamente por la edad. Solo con fines didácticos, de investigación o preventivos se puede asociar estos rasgos a un grupo de edad, sin inferir comportamientos generales a individuos específicos.
El deterioro de las capacidades psicomotoras relacionadas con la edad
El deterioro de las capacidades psicomotoras relacionadas con la edad ha sido ampliamente documentado. La función visual desempeña un papel crucial durante la conducción, proporcionando la mayor parte de la información relevante. Más del 15% de la población presenta alteraciones visuales relacionadas con el envejecimiento. En este sentido se incluyen la acomodación visual, el campo visual, la agudeza visual estática y cinética, y la percepción del contraste y movimiento.
En cuanto a la capacidad auditiva, existe una tendencia a la dificultad para reconocer y discriminar sonidos, así como para localizar su procedencia. También se produce una disminución cuantitativa de la audición, especialmente para tonos altos.
La movilidad puede deteriorarse en los peatones ancianos, con una marcha más lenta y menos segura, lo que a veces se acompaña de menor atención a los estímulos del entorno y menor capacidad para corregir movimientos iniciados.
Algunas capacidades mentales también se ven afectadas en los conductores ancianos, como la lentitud en la capacidad de respuesta, la disminución en la capacidad de concentración y dificultades de aprendizaje. En situaciones de sobrecarga de información, comunes en la conducción urbana, se experimenta una mayor dificultad para procesar y retener la información en su totalidad, lo que conduce a respuestas más lentas.
Además del deterioro psicomotor relacionado con la edad, la “comorbilidad” en las personas mayores, que implica la presencia de limitaciones en diferentes áreas (como movilidad, salud mental, cardiovascular y sensorial), afecta a la aptitud de los conductores de mayor edad. Además de los procesos de envejecimiento, también se deben considerar los efectos del deterioro causado por trastornos y enfermedades más comunes en esta etapa de la vida. Entre ellos se incluyen:
- los trastornos cardiovasculares,
- la diabetes,
- los trastornos mentales (especialmente las demencias relacionadas con la seguridad vial),
- el consumo de alcohol (que tiene un impacto diferente y más incapacitante en los ancianos),
- los trastornos del sueño, la fatiga
- y el uso de medicamentos (los ancianos suelen consumir muchos medicamentos, a veces autoprescritos y en combinación, lo que los hace especialmente susceptibles a los efectos centrales de los fármacos).
Riesgos de los conductores mayores
Es importante tener en cuenta que los riesgos potenciales de los conductores mayores no solo se limitan a sus propias capacidades. A menudo, los conductores de mayor edad tienen que lidiar con un entorno vial que no tiene en cuenta los deterioros fisiológicos relacionados con la edad. Esto se evidencia en el diseño de las intersecciones, el mantenimiento de la señalización en el pavimento, la ubicación y sobrecarga de señales verticales y el uso excesivo de información variable, entre otros ejemplos. Además, el diseño de los vehículos no siempre se adapta a las necesidades de los conductores mayores, como la dificultad para acceder a la información relevante en el panel de control para aquellos con problemas de visión, especialmente durante la noche o con luz directa, o la falta de ergonomía en los controles para aquellos con problemas articulares.
En muchos países, se requiere que los conductores mayores se sometan a revisiones médicas después de cierta edad, incluso si ya tienen una licencia de conducir. Sin embargo, no hay evidencia de que esto reduzca los accidentes de tráfico en esta población. Desde los centros de reconocimiento de conductores, se recomienda seguir estrictamente el protocolo de evaluación médica utilizado para evaluar a los conductores, como se mencionó anteriormente.
La evaluación de los conductores mayores debe abordar todos los aspectos incluidos en el protocolo, y se deben evaluar específicamente las áreas oftalmológicas, neurológicas y de movilidad. Además de las intervenciones administrativas, es crucial actuar a nivel individual para brindar evaluación y consejo personalizados. El médico de familia y el equipo de salud pueden orientar al conductor mayor sobre la conveniencia de seguir conduciendo. Ellos están familiarizados con las circunstancias individuales del anciano y pueden evaluar la idoneidad de conducir en cada caso. Está comprobado que, en relación a la conducción, los consejos del médico de familia son los más aceptados y seguidos tanto por el paciente como por sus familiares.
Influencia de factores biológicos y sociales en el envejecimiento vial
El envejecimiento vial se ve influenciado por una combinación de factores biológicos y sociales. Los cambios biológicos asociados con el envejecimiento, como la disminución de la agudeza visual, auditiva y cognitiva, pueden afectar la capacidad de conducción de una persona mayor.
Además, los factores sociales también desempeñan un papel importante. Por ejemplo, el apoyo social y la participación en actividades comunitarias pueden promover un envejecimiento vial saludable al brindar un sentido de conexión y bienestar emocional.
Por otro lado, los desafíos sociales, como la soledad o el aislamiento, pueden afectar negativamente la seguridad vial de las personas mayores. También es importante considerar el contexto cultural y las normas sociales que rodean la conducción en la tercera edad.
En resumen, tanto los factores biológicos como los sociales interactúan para influir en el envejecimiento vial. Comprender estos aspectos es fundamental para desarrollar estrategias de seguridad vial efectivas y proporcionar un entorno adecuado que promueva la movilidad segura de las personas mayores.
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