Los fines de la Seguridad Vial

por | Dic 27, 2022 | Conceptos, BLOG

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Los fines de la Seguridad Vial

 

Los fines de la Seguridad Vial

Los fines de la Seguridad Vial

 

En el post anterior “Los principios que rigen una conducción segura” enumeramos cinco fundamentos en los que debe basarse toda circulación para que podamos considerarla como segura.

  1. Principio de responsabilidad
  2. Principio de confianza en la normalidad del tráfico
  3. Principio de la seguridad o de la defensa
  4. Principio de seguridad en la conducción
  5. Principio de señalización o de la conducción dirigida

Estos principios han de ser sopesados exquisitamente para poder enjuiciar la actividad de los copartícipes en la circulación. Es necesario además,  teniendo en cuenta, de manera especial, los fines que se pretenden conseguir de una circulación ordenada, entre los que se podían citar:

  • La seguridad.
  • La fluidez.
  • La comodidad.
  • La economía.
  • La no contaminación.

Todos estos principios informadores son indispensables para que pueda darse una circulación segura

 

La seguridad

 

Los fines de la Seguridad Vial

Los fines de la Seguridad Vial

 

Si la seguridad es uno de Los fines de la Seguridad Vial, para conseguirla, la Administración debe:

  • evitar que, dentro de lo posible, se produzcan accidentes
  • actuar intentando conseguir mejores vías y mejores vehículos.

Para ello establece las normas que considera más oportunas. También interviene en todos aquellos aspectos que estima conveniente para que la circulación se realice con la máxima seguridad posible. Pero estas medidas no serán suficientes si no se inculca en los conductores:

  • Una concienciación del adecuado mantenimiento de su vehículo y de respeto y observancia a las reglas que regulan las inspecciones técnicas periódicas.
  • Una adecuación de su conducción a las características de las vías por las que circula, para lograr que sea capaz de mantener una conducta segura aun en circunstancias desfavorables, ya procedan de su deficiente trazado o conservación o de las condiciones meteorológicas o ambientales adversas.
  • Un profundo conocimiento de las normas y señales reguladoras de la circulación, especialmente de aquellas que más incidencia tienen en la seguridad (velocidad adecuada, adelantamientos, preferencias, etc.), y de las reglas que permiten el más adecuado manejo y utilización del vehículo.

 

La fluidez

 

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Para conseguir que el tráfico sea fluido y sea uno de los fines de la Seguridad Vial, es decir, que los vehículos se desplacen a una velocidad suficiente, se requiere la utilización de vehículos y vías que permitan desarrollar esa velocidad con seguridad, por lo que es necesario el establecimiento de normas encaminadas a la consecución de este fin para conciliar la fluidez con la máxima seguridad posible. Este principio exige rapidez, velocidad, pero caería en el caos más absoluto sin la presencia de la seguridad.

Para conseguir este objetivo, los conductores deben tener bien inculcado:

  • Un espíritu de colaboración que permita el disfrute de la vía por todos los usuarios. Las vías están hechas para todos y todos tienen el derecho a utilizarlas, por lo que, en lo posible, se deben facilitar las incorporaciones en el convencimiento de que el derecho de preferencia no es absoluto, además del de cortesía, que implica un comportamiento respetuoso, comedido y considerado para los demás y exige no responder a las provocaciones ajenas con otros comportamientos Igualmente desconsiderados.
  • Un profundo conocimiento de las normas y señales encaminadas a regular el mejor aprovechamiento de la vía (posición en la calzada, utilización de carriles, disciplina de carril, velocidad adaptada a las circunstancias del tráfico, etc.)
  • Una concienciación y conocimiento del tipo y características del vehículo que conducen y  a necesidad de colaborar con los demás usuarios, permitiendo y facilitando el paso de otros vehículos más rápidos.

Es necesario hacer de la vía, como antes se ha indicado, un lugar de convivencia y colaboración entre todos los usuarios de la misma; colaboración y convivencia que implican, entre otras actitudes, por una parte, no molestar, y, por otra, comprender.

 

 

El conductor, el usuario de las vías en definitiva, ha de mentalizarse de que no debe molestar, de que tiene que respetar para ser respetado. Es decir, hay que ser solidario, porque el tráfico es algo en común entre todos los que en él participan. Los insultos, los malos gestos y modales, las “malas pasadas”, el “darle una lección”, constituyen comportamientos que, además de reflejar mala educación, son incorrectos y se deben evitar. Estos comportamientos, que en ocasiones son la forma utilizada por el conductor para desahogarse de sus tensiones y exteriorizar su personalidad, amparándose en la estructura y potencia del vehículo y en el anonimato que éste le proporciona, pueden influir negativamente en la conducción.

En la conducción también es necesaria una gran capacidad para comprender a los demás. Ello exige comprender y disculpar los errores ajenos, sin irritarse o dejarse llevar del mal genio. Los errores ajenos no pueden servir para justificar los propios, que han de ser evitados concentrándose en la conducción, ni para adoptar un comportamiento agresivo que puede ser de funestas consecuencias.

 

La comodidad

 

Un tráfico seguro y fluido es, en principio, un tráfico cómodo. Puede aumentarse, por tanto, la comodidad mejorando los vehículos a utilizar, las vías por las que aquéllos se desplazan, y aumentando la preparación y formación de los conductores.

Con independencia de la influencia que en este concepto tengan las propias vías o vehículos, los conductores deben tener muy en cuenta:

  • Un adecuado manejo de los mandos del vehículo que permita una conducción suave y uniforme.
  • La adecuada posición con respecto a los mandos, reglaje de los asientos, forma de sentarse, colocación de las manos y los pies, etc.

 

La economía y la seguridad vial

 

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La necesidad imperiosa de ahorrar combustible, por ser un bien escaso, agotable y caro, impone el establecimiento de normas y medidas encaminadas a la consecución de este fin. También la formación de los conductores puede incidir en este aspecto, adquiriendo los conocimientos necesarios y la técnica de conducción correcta para evitar, por ejemplo, una mayor resistencia al aire, acelerones innecesarios, etc.

 

La no contaminación como uno de los fines de la Seguridad Vial

 

El evitar la contaminación, los daños ecológicos, es cada día una necesidad más imperiosa, cuya consecución no sólo depende de la Administración, ya que es el ser humano el principal implicado.

La destrucción del medio en el que se vive conlleva la desaparición de flora y fauna. Esto puede hacer peligrar la vida de la especie humana, por lo que un conocimiento adecuado de todo ello, y una actuación correcta, contribuirán a una importante mejora de la calidad de vida. Ello impone a los conductores tener muy presente el mantenimiento del vehículo, especialmente de sus órganos esenciales, parar el motor en detenciones prolongadas, etc.

 

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