Desmantelando creencias erróneas sobre tu seguridad en las carreteras: La verdad que todos deberíamos conocer

Hace algunas semanas publiqué el artículo “Los 10 mitos más comunes sobre seguridad vial“. Uno de nuestros lectores, Paco de Anda Orellana de México, ha querido completar esta lista con otras ideas, que a su juicio y el de otros autores, no son correctas respecto a la seguridad vial. “Rompiendo ideas sobre seguridad vial” recoge estas ideas.

1. El efecto túnel
2. Respetar las reglas garantiza evitar accidentes
3. Los puentes peatonales dan seguridad al peatón
4. El casco de ciclista los protege completamente
5. Las ciclovías generan tráfico
6. Para una mejor convivencia se necesita incrementar la cultura vial
7. Las calles 30 entorpecen el tráfico
8. Respetar los límites de velocidad garantiza la seguridad
9. Los peatones pueden generar situaciones de riesgo
10. Las camionetas SUV son más seguras
11. Un conductor puede ser seguro a cualquier edad

1- Efecto túnel

Rompiendo ideas sobre seguridad vial: el efecto túnel

Se dice que a mayor velocidad se reduce el campo de visión. Algunos autores creen que esto, en realidad no sucede. El ojo humano tiene un campo de visión de 180°, sin embargo, sólo tiene un pequeño ángulo de entre 4 y 5° donde hay una visión definida y clara percibida por la fóvea del ojo. Fuera de este pequeño cono, la visión es periférica y no muy definida. Únicamente donde fijamos la atención es donde podemos leer y percibir detalles de las imágenes.

Debido a que podemos mover los ojos y la cabeza para fijar la atención en cualquier punto del espectro es que es posible percibir lo que decidamos mientras manejamos sin importar la velocidad a la que viajamos. El fenómeno del efecto túnel sólo ocurriría si mantuviéramos la vista fija hacia el horizonte en un solo punto. Los estudios de rastreo de la vista pueden demostrar que el efecto túnel no se presenta. Además, si eso sucediera, la tecnología se habría encargado de sustituir el parabrisas por una pantalla que evitara este efecto, pues casi sería imposible manejar de otra forma.

Referencia: https://www.visual-computing.org/2016/08/16/eye-tracking-the-next-big-thing-for-automatic-driving/

2- Respetar las reglas garantiza evitar accidentes

De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, a inicios de la incursión del vehículo motorizado se veía a la persona -y sus comportamientos- como el problema principal en la seguridad vial. Esta línea de pensamiento de culpar a los usuarios “continuó durante la mayor parte del siglo XX y algunas personas todavía creen que la única forma de solucionar el problema de la seguridad vial es garantizar que todos los usuarios de la vía pública obedezcan la ley.

Décadas de observaciones nos dicen que esto no es cierto.” La mayor parte de las muertes por tránsito, según diferentes estudios, suceden simplemente por errores humanos y no por violaciones flagrantes a los reglamentos. Por esto, no basta con respetar las reglas, pues múltiples condiciones del propio sistema de movilidad inciden en que existan los riesgos que derivan en los choques. Además, es fundamental reconocer que los seres humanos simplemente cometemos errores de manera natural y esto supera la voluntad de respetar las reglas por mucha intención que tengamos.

Referencia:  https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2021/11/deadly-myth-human-error-causes-most-car-crashes/620808/

3- Los puentes peatonales dan seguridad al peatón

Los puentes peatonales fueron hechos para poder mantener una buena capacidad vehicular en vías amplias a la vez que se mantienen altas velocidades. Desde una perspectiva de favorecer la circulación vehicular y, a la vez, ofrecer un “cruce seguro” a los peatones, los puentes encuentran su razón de existir. Sin embargo, los puentes peatonales no consideran que la gente -por ser simplemente seres vivos- buscarán cruzar de la forma más eficiente posible. La razón de fondo del poco uso que tienen los puentes es que los peatones deben decidir subirlos, realizar un esfuerzo importante, invertir más tiempo y contar con buena salud. Todos estos requisitos son, en la realidad, demasiados para cualquier peatón común.

Conforme a varios estudios realizados en México y a organizaciones como la Liga Peatonal, los puentes son infraestructura costosa, poco atractiva para el peatón y que, incluso, puede fomentar el acoso y los asaltos. Los especialistas recomiendan siempre favorecer el cruce peatonal a nivel de calle para permitir que cualquier persona pueda cruzar favorablemente haciendo valer su derecho por encima de quien conduce un automóvil.

Referencia: https://ligapeatonal.org/puentes-antipeatonales/

4- El casco de ciclista los protege completamente

Siempre es un debate este tema. Si bien el casco de los ciclistas sí puede proteger de caídas, la primera causa de muerte de quienes andan en bici son los atropellos. Es decir, el casco ciclista no evita las lesiones causadas por vehículos. Las fuerzas ocurridas durante una caída de un ciclista son sensiblemente menores a aquellas generadas por un vehículo que impacta y lanza al cuerpo de un ciclista.

Aclarado este punto, está ampliamente demostrado que obligar el uso del casco en todo ciclista lo único que provoca es desincentivar el uso de la bicicleta. Conforme a la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y con el objeto de fomentar modos de movilidad más sostenibles, limpios, saludables y seguros, lo que menos se quiere es establecer condiciones para que más personas se animen a andar en bicicleta, por lo que la mayoría de quienes impulsan la bici dejan como opcional el uso del casco.

Referencia: https://arainfo.org/una-docena-de-argumentos-contra-la-obligatoriedad-del-casco-ciclista/

5- Las ciclovías generan tráfico

Rompiendo ideas sobre seguridad vial: los carriles bici

El tráfico es un fenómeno de saturación de las vías de circulación provocado por los automóviles. Esto sucede desde la década de los 60 en las ciudades más motorizadas y se ha ido acrecentando en casi cualquier ciudad del mundo a partir de los 80. La razón es muy simple. En un carril vehicular pueden desplazarse hasta 2 mil personas por hora y esto es, en comparación de cualquier otra forma de movilidad, la más ineficiente. Para poner en perspectiva, según diferentes estudios, una ciclovía del ancho de un carril vehicular estándar puede desplazar hasta 12 mil personas, una banqueta igualmente amplia, hasta 20 mil. Incluso en un servicio de transporte público sencillo se pueden desplazar hasta 5 mil personas por hora en ese carril. Por tanto, una ciclovía nueva que tome un carril vehicular, que posiblemente ya esté saturado, utilizará ese espacio para fomentar formas más eficientes para transitar.

Referencia: https://transformative-mobility.org/multimedia/passenger-capacity-of-different-transport-modes/

6- Para una mejor convivencia se necesita incrementar la cultura vial

El concepto de la “cultura vial” no está claramente definido. Parece más bien un limbo ideológico donde mucha gente deposita su anhelo de una mejor convivencia en el tráfico. Y es que las conductas de los usuarios de las vías son el reflejo y consecuencia de cómo está concebido el sistema de movilidad. Está demostrado por diversos estudios que, a mayor cantidad de horas invertidas en el tráfico, menor calidad de vida y mayor frustración y violencia potencial de la ciudadanía. Esto no puede combatirse con educación, campañas o multas. Esto es una consecuencia del ritmo de vida y de la forma de movilidad que cada ciudad ha diseñado para sus habitantes.

Decir, pues, que es necesario tener más “cultura vial” posiblemente quiera significar que la gente sea más respetuosa, más considerada, más empática con los otros, o algo similar. Pero la solución no podría ser la educación cuando el problema es que la calidad de vida se ha deteriorado en las últimas décadas por el tráfico resultado de una saturación vehicular y un crecimiento demasiado horizontal de las ciudades. De ahí que se crea que ciudades con mejor cultura vial sean aquellas más avanzadas, pero da la casualidad que son las que tienen un mejor sistema de transporte, donde la gente camina más y donde la gente usa mucho más la bicicleta.

Referencia: https://www.europeanproceedings.com/article/10.15405/epms.2019.12.77

7- Las calles 30 entorpecen el tráfico

Límite de velocidad 30. Rompiendo ideas sobre seguridad vial

Desde hace varios años se impulsa globalmente un tipo de calles que son hechas para que la velocidad de circulación sea de 30 Km/h. Esto puede parecer demasiado poco cuando nos hemos acostumbrado a circular a velocidades muy por encima de ese ritmo. Sin embargo, resulta curioso descubrir que muchas ciudades del mundo tienen promedios de circulación por debajo, incluso, de los 20 Km/h. Las calles 30 buscan fomentar espacios vehiculares estrechos, no tan cómodos para conducir, donde el peatón pueda cruzar y caminar por cualquier lado y donde la vida transcurra con mayor tranquilidad. Esto parecería contraintuitivo para la movilidad, pero en realidad, tienen un montón de beneficios tanto para la economía, como para la población y desde luego para el medio ambiente y la seguridad vial.

Desde el punto de vista de la física, a 30 Km/h es difícil que un peatón atropellado pierda la vida, además es una velocidad que genera menos ruido y emisiones (aunque parezca mentira). Es una velocidad que fomenta el bienestar vecinal, permite la recreación e incentiva el comercio. Hace que los espacios se vuelvan más vivibles y armoniosos y hace que la circulación fluya mejor al motivar otras formas de movilidad más eficientes como la bici.

Referencia: https://www.who.int/campaigns/un-global-road-safety-week/2021/streets-for-life

8- Respetar los límites de velocidad garantiza la seguridad

Una cosa son los límites de velocidad legalmente establecidos y otra, muy diferente, son los límites de velocidad que puede soportar nuestro cuerpo al impacto. Desafortunadamente, no necesariamente los límites de velocidad legales son coherentes con las velocidades a las que podamos sobrevivir. Esto significa que al respetar los límites de velocidad podremos evitarnos una multa, pero no garantizaría, de ninguna manera, que si sucediera un choque pudiéramos salir bien librados.

Conforme a las evaluaciones realizadas por las organizaciones que realizan las pruebas de choque a los automóviles, sabemos que no es posible sobrevivir, aún en un vehículo muy seguro, en un choque frontal a más de 70 Km/h, por lo que una avenida o carretera sin división física que divida los sentidos no podría tener una velocidad máxima legal similar. De igual manera, en un choque lateral no es posible sobrevivir a más de 50, por lo que en ninguna intersección debería haber un límite de velocidad superior. Y, por último, cuando se convive con peatones, en caso de un atropellamiento, a más de 30 el peatón podría sufrir graves lesiones, por lo que, en una ciudad, la mayoría de las calles deberían tener este límite máximo.

Referencia: https://www.monash.edu/muarc/archive/our-publications/papers/visionzero

9- Los peatones pueden generar situaciones de riesgo

Rompiendo ideas sobre seguridad vial: los peatones pueden generar situaciones de riesgo

Para desmentir este mito es necesario analizar la idea desde fuera de una perspectiva vehicular o desde las reglas de la conducción. Es necesario echar mano de la física y de un poco de empatía para comprender de una manera más objetiva la naturaleza peatonal. Partamos de que caminar es la forma natural de desplazarse de los seres humanos, por tanto, debería tener todas las condiciones para que toda persona lo haga de manera cómoda y segura. En general, un peatón camina a una velocidad de entre 4 y 6.5 Km/h. Si consideramos a peatones de edad avanzada, con discapacidad o de corta edad, la velocidad, obviamente será menor. A estas velocidades no hay fuerzas capaces de hacer daño.

En un choque entre peatones lo más que podríamos esperar es que se caiga un café, unos libros que alguien lleve cargando o un teléfono. La cosa cambia cuando agregamos peso y velocidad. Es fácil de comprender que no hay comparación de la energía potencial que tiene un cuerpo de un adulto de unos 70 kilos, contra los cientos de kilos de una moto, o las varias toneladas para un automóvil. Claro, desde una perspectiva vehicular, la incursión intempestiva de un peatón al arroyo vehicular podría verse como un riesgo, pero si partimos de la perspectiva peatonal -una perspectiva humana, vamos- que es la que debería prevalecer siempre, la circulación veloz y pesada de máquinas por zonas urbanas es la que, en realidad, genera los riesgos.

Referencia: https://nymag.com/intelligencer/2023/06/why-pedestrian-deaths-are-skyrocketing-in-america.html

10- Las camionetas SUV son más seguras

Desde una concepción subjetiva, para un pasajero de una SUV, pues sí, pareciera que su vehículo es más seguro que uno más pequeño. Pero ahí empieza el problema: el tamaño… y el peso. A mayor masa, necesitamos más potencia y eso tiene implicaciones en la seguridad de todos los usuarios. Cuantas más SUVs circulando, más posibilidad de hacer daño a otros. Los frentes altos, en algunos casos muy agresivos por diseño al impacto con un peatón o un ciclista, causarán más daños que un frente más bajito de un automóvil común pues en vez de generar un golpe que desplaza el cuerpo hacia arriba, lo empujará hacia el frente provocando lesiones más letales en tórax y cabeza.

El peso, pero también la altura, generan más daños en un vehículo más pequeño y, al mismo tiempo, requerirán de mayor capacidad para disipar la energía en caso de choque contra un vehículo similar. Diversos estudios están evidenciando la preocupación de una presencia cada vez más grande de este tipo de vehículos en las calles urbanas que tienen más áreas ciegas, que consumen más energía para moverse y que causan más daños al chocar contra lo que sea. Sí, puede que parezcan más seguras para los ocupantes, pero lo cierto es que agregan más riesgos y daños a todo el sistema de movilidad en su conjunto.

Referencia: https://www.smflegal.com/2021/06/01/suvs-are-more-dangerous-than-we-think/

11- Un conductor puede ser seguro a cualquier edad

Rompiendo ideas sobre seguridad vial: conductores mayores

Hay muchos factores que inciden en que un conductor sea seguro. Uno de ellos es la edad. La edad está directamente relacionada a la madurez mental pero también a las capacidades de percepción, interpretación y reacción. Según estudios, los primeros años al conducir son los de mayor riesgo por un asunto de madurez en los menores de 21 años aproximadamente, pero también por la falta de experiencia que, aparentemente, se gana con cierta rapidez en un par de años. Por otro lado, a pesar de la experiencia, el deterioro natural del cuerpo y la mente inciden en la capacidad de conducir con todas las habilidades necesarias.

La vista es una de las capacidades físicas que frecuentemente se van deteriorando y conducir de noche, por ejemplo, es una de las circunstancias en las que no pocos conductores se ven afectados en el avance de la edad. Otras dolencias motrices y mentales producto del envejecimiento afectan, sin remedio, la capacidad de conducir.

Referencia: https://injuryfacts.nsc.org/motor-vehicle/overview/age-of-driver/

El texto principal  “Rompiendo ideas sobre seguridad vial” ha sido cedido por Paco de Anda Orellana de México, gracias por tu aporte.

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