Violencia vial
La violencia vial o conducción agresiva puede definirse como una reacción egocéntrica o de impaciencia por parte de cualquier usuario de la vía ante determinadas acciones del tráfico producidas por otros conductores o peatones, las cuales son percibidas por el individuo en cuestión como agresivas o desmerecedoras respecto de su pericia en la conducción.
Rodney Slater (Ex Secretario de Transporte de los Estados Unidos) la define como: “una combinación de acciones de conducción insegura y conducción ilegal que demuestran una desatención por la seguridad”.
Normativa y legislación
En cuanto a normativa:
- La Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en su capítulo VI enumera los que son considerados como delitos viales
- El artículo 77 del Texto refundido Ley de Tráfico, Circulación de vehículos a motor y Seguridad vial tipifica las que son consideradas infracciones muy graves de tráfico, en ellas ya se pueden encontrar acciones que se pueden considerar como violencia vial
Manifestaciones de la violencia vial
De esta forma, la violencia vial corresponde al perfil de conductores temerarios que conducen con alcohol, drogas, exceso de velocidad, etc. Estas actitudes conllevan ciertamente una agresividad, una violencia que pueden llegar a causar muchísimo dolor y gran daño cuando se producen siniestros viales.
Algunas manifestaciones de esta conducción agresiva que acompaña a la violencia vial serían:
- Uso excesivo del claxon
- Insultos y manifestaciones verbales ofensivas
- Gestos inapropiados
- Acelerones y frenados bruscos que ponen en peligro a otros usuarios
- Circular sin mantener la distancia de seguridad
- Peleas físicas y discusiones en la vía
- Persecuciones, etc.
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Accidente o siniestro
Más del 90% de los casos de siniestralidad vial no son accidentes. Los accidentes son eventos casuales y fortuitos. El siniestro producido a causa de saltarse un stop voluntariamente, circular a una velocidad excesiva o inadecuada o por haber ingerido alcohol o sustancias estupefacientes antes de conducir, no puede considerarse consecuencia de la casualidad o la fatalidad. Todas estas acciones simplemente se las puede considerar como violencia vial porque no es difícil provocar un siniestro en cual se produzca una víctima.
Muchas veces las personas, las familias de víctimas de siniestros viales consiguen recuperar o normalizar su situación familiar o laboral pero siempre siguen quedando secuelas. Muchas veces, a lo largo de su vida, van a revivir estas situaciones angustiosas y van a volver a necesitar apoyo psicológico; a veces de forma temporal, otras veces más prolongado en el tiempo.
Vídeo extraído del programa Seguridad Vital
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