Educación vial y formación vial
Es complicado abordar la Educación y la Formación Vial por separado. Por motivos expositivos, limitaremos la Formación Vial a la adquisición de los conocimientos, habilidades, aptitudes y comportamientos para obtener un permiso de conducción.
La Educación Vial busca formar el comportamiento del ciudadano en tanto usuario de las vías públicas, ya sea como peatón, conductor o pasajero. Un comportamiento vial adecuado, que se manifiesta en el uso correcto de las vías públicas, es una parte más del comportamiento ciudadano que requiere formación educativa. Por tanto, es obvio que la Educación Vial debe integrarse en la Educación General Básica que todo ciudadano debe y tiene derecho a recibir.
No obstante, la Educación Vial no se reduce simplemente al aprendizaje de normas y señales de circulación, ni a un compendio de reglas de cortesía y urbanidad. La Educación Vial debe ser algo más: debe enfocarse en la enseñanza, el aprendizaje y la adquisición de hábitos de comportamiento que modifiquen y dirijan actitudes ante el tráfico como fenómeno social y de riesgo, y fomente relaciones de convivencia ordenada, solidaria, responsable y respetuosa entre usuarios acordes con la sociedad en la que vivimos.
La educación vial debe estar dirigida a todos los ciudadanos, a todos los usuarios de las vías públicas. Todos ellos utilizan de una forma u otra las vías que constituyen el escenario donde se desarrolla el tráfico. No obstante, para que sea efectiva, debe responder a las necesidades de los distintos grupos de usuarios a los que se dirige. Debe tener en cuenta:
- los diferentes grupos de edad
- los roles o papeles dominantes que cada uno de esos grupos desempeña en la circulación,
- así como los factores de riesgo muy directamente relacionados con cada grupo.
Educación vial infantil y educación vial escolar
En primer lugar, los niños son los primeros destinatarios de la Educación Vial. Esto da lugar a diferenciar entre Educación Vial Infantil y Educación Vial Escolar, según la edad en la que se encuentren los niños. La primera comprendería a los niños de hasta 5 años y la segunda las enseñanzas primaria y secundaria, es decir, de los 6 a los 16 o 17 años.
Según la exposición de riesgo, los roles o papeles dominantes que los niños tienen en la circulación como usuarios de la vía y que deben ser tenidos en cuenta a la hora de impartir la educación son, por grupos de edad, los siguientes:
- Hasta los 4 años, como peatón y pasajero.
- De 5 a 14 años, como peatón, ciclista y pasajero.
- De 15 a 17, como conductor de bicicletas, ciclomotores y motocicletas de pequeña cilindrada y como pasajero. (También peatón)
Los niños y niñas van adquiriendo un papel más activo en la circulación según crecen. A la vez, también aumenta su exposición al riesgo y la probabilidad de sufrir accidentes.
Fundamentos de la Educación Vial Escolar
El que los niños deban recibir educación vial en la Escuela no es algo nuevo. Lo ha venido diciendo el Código de la Circulación español desde el año 1934 en su artículo 7, al establecer que :
“el profesorado de todas las escuelas y colegios, tanto oficiales como particulares, está obligado a enseñar a sus alumnos las reglas generales de la circulación y la conveniencia de su perfecta observancia, advirtiéndoles de los grandes peligros a que se exponen al jugar en las calzadas de las vías públicas, salir atropelladamente de los centros docentes, subir a la parte posterior de los vehículos y topes de los tranvías, etc. El Ministerio de Instrucción Pública (hoy Educación) dictará las oportunas disposiciones que aseguren la conveniente vigilancia del cumplimiento de este precepto”.
De este precepto se deducen tres importantes notas:
- Que la Educación Vial de los niños es un hecho educativo y, como tal, queda enmarcado dentro de las actividades de la Escuela.
- Que es a los profesores a quienes incumbe su enseñanza.
- Que es el Ministerio de Educación y Cultura quien tiene atribuida la competencia para dictar las oportunas disposiciones para asegurar que la enseñanza de la educación vial se imparta
No obstante, es necesario reconocer que esta premisa no se llevó a cabo en la práctica. Hasta hace poco, no se había desarrollado y, aunque la Educación Vial era obligatoria en las escuelas, se consideraba como una referencia normativa y dependía del criterio y voluntad del profesorado para impartirla, salvo en casos excepcionales.
Actualmente, con la LOMLOE, se ha introducido como materia obligatoria en los colegios. La LOMLOE da un fuerte impulso y reconocimiento a la educación vial para una movilidad segura y sostenible. Forma parte de las competencias específicas, saberes básicos y criterios de evaluación en algunas áreas de forma específica y en otras, dando continuidad a la transversalidad.
Incorporación de la Educación Vial en el sistema educativo
Para lograr que la Educación Vial sea realmente efectiva, es necesario que esté presente en todas las etapas de la formación ciudadana, desde los primeros años de vida debido al papel fundamental que juega el tráfico en nuestra sociedad. Por lo tanto, es necesario incorporar contenido de Educación Vial a lo largo de todo el sistema educativo. En la actualidad, la legislación educativa vigente reconoce la importancia de la Educación Vial, ya que se considera no solo como uno de los temas o ejes transversales del currículo, sino también como un objetivo específico de algunas etapas educativas.
Si la Educación Vial debe ser enseñada en escuelas, colegios, institutos u otros centros, es importante que los profesores encargados de impartirla hayan recibido la formación necesaria. Por lo tanto, sería beneficioso que la Educación Vial fuera una asignatura optativa en los planes de estudio de las escuelas de formación del profesorado.
La Dirección General de Tráfico ha reconocido esta necesidad y, en colaboración con la UNED, ha desarrollado cursos a distancia para profesores en activo y para cualquier persona que esté involucrada en la Educación Vial, como monitores de parques infantiles de tráfico y policías municipales.
La responsabilidad que asumen los profesores y las autoescuelas, colegios, institutos u otros centros que impartan esta formación es significativa, ya que la Educación Vial será el primer paso para garantizar la seguridad vial del futuro, especialmente considerando que los jóvenes son los que mayormente obtienen licencias para conducir ciclomotores.
Colaboración de padres y policías locales en la enseñanza de la Educación Vial
Además de los profesores, los padres y las policías locales también pueden colaborar en la enseñanza de la Educación Vial.
La colaboración de los padres es fundamental para el éxito de los objetivos educativos en educación vial. En primer lugar, como educadores fundamentales, estableciendo hábitos y actitudes. En segundo lugar, sirviendo como modelos a seguir para sus hijos, quienes tienden a imitar su comportamiento vial correcto y adecuado. Si los padres respetan las normas y señales de tráfico, sus hijos tendrán una base sólida para aprender. Por otro lado, si los padres no siguen las normas, los niños pueden aprender y adoptar malos hábitos difíciles de corregir. En tercer lugar, deben apoyar la labor educativa que los maestros llevan a cabo en las escuelas.
La labor de las autoridades policiales es igualmente importante en la educación vial. En primer lugar, supervisando la seguridad de los niños en los colegios, y también brindando apoyo a los profesores en las escuelas o impartiendo clases en los parques infantiles de tráfico. En segundo lugar, en las calles, donde pueden desempeñar un papel clave en la educación vial mediante la vigilancia y la corrección de comportamientos inadecuados.
Los recursos didácticos
Por último, es fundamental contar con los recursos didácticos necesarios, lo que implica un gran esfuerzo en términos de medios económicos, materiales y humanos. Si se espera que los maestros enseñen las normas básicas de comportamiento vial en las escuelas, también es necesario proporcionarles los programas y los recursos didácticos adecuados.
La Dirección General de Tráfico ha sido consciente de la importancia de la educación vial desde su creación, y en 1985 estableció el Centro Superior de Educación Vial en Salamanca para facilitar la tarea tanto a los estudiantes como a los profesores. Los Coordinadores de Educación Vial de las Jefaturas Provinciales de Tráfico prestan apoyo a los distintos agentes involucrados en la educación vial, y la página web ofrece recursos didácticos para distintos grupos de edad. Además, la Dirección General de Tráfico ha creado Unidades Móviles de Parques Infantiles de Tráfico y ha colaborado con los Ayuntamientos en la construcción de Parques Infantiles de Tráfico fijos.
La educación vial es importante porque no solo se trata de conocer las leyes que la rigen, sino también de fomentar el sentido cívico y la moral social en la mayoría de los individuos, desde la infancia en la familia, la escuela y otros grupos sociales. La educación vial también mejora las relaciones sociales en las vías públicas, algo que es importante ya que todos somos usuarios de las vías públicas y muchos serán conductores en el futuro.
La Dirección General de Tráfico considera que la educación vial es esencial para la prevención de accidentes de tráfico y debe integrarse en la educación general. Además, debe ser continua y adaptarse a las cambiantes condiciones de la circulación.
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