Prueba de circulación en vías abiertas al tráfico general
¿Quieres aprobar el examen de conducir? Sigue esta guía para conocer las pruebas teóricas y prácticas que evalúan tu capacidad para conducir. Guía para aprobar el examen de conducir
¿Quieres obtener tu permiso de conducir?. Entonces debes saber que no solo se trata de aprobar un examen teórico, sino también de demostrar que sabes conducir de forma segura y responsable. Para ello, tendrás que realizar una serie de pruebas prácticas en las que el examinador evaluará tu capacidad para manejar el vehículo y adaptarte a las diferentes situaciones de tráfico. En este post, te explicamos en qué consisten estas pruebas y qué aspectos debes tener en cuenta para superarlas con éxito.
Antes de comenzar, el principal consejo que te puedo dar es que sigas los consejos y recomendaciones de tu profesor. Te aseguro que después de ti, el primer interesado en que apruebes es él, sobre todo por el prestigio que supone tener un porcentaje de aprobados elevado.
La prueba de circulación
Antes de ponerte en marcha
Antes de iniciar la conducción, deberás realizar unas comprobaciones previas para asegurarte de que el vehículo está en buen estado y cuenta con todos los elementos de seguridad y documentación necesarios. Así, deberás revisar el nivel de aceite, agua, combustible y presión de los neumáticos, así como el funcionamiento de las luces, los frenos, el limpiaparabrisas y el claxon. También deberás comprobar que llevas contigo el permiso de circulación, la ficha técnica del vehículo y el seguro obligatorio.
Una vez que hayas hecho estas comprobaciones, deberás ajustar la posición del conductor para garantizar una conducción cómoda y segura. Para ello, deberás regular el asiento, el respaldo y el reposacabezas de forma que puedas alcanzar los pedales y el volante sin dificultad y sin perder la visibilidad. También deberás regular los retrovisores exteriores e interior para tener una buena visión del entorno y evitar los ángulos muertos. Por último, no olvides abrocharte el cinturón de seguridad y asegurarte de que todos los ocupantes del vehículo lo hacen también.
Realizar estos reglajes es de vital importancia, ya que te permitirán tener una observación correcta del entorno y llegar cómodamente a todos los mandos. Por ello ¡tómate tu tiempo para hacerlo de forma correcta!.
Durante la conducción
Ahora ya estás listo para poner en marcha el motor, arrancar y desbloquear la dirección. Recuerda que debes hacerlo siempre con suavidad y sin forzar el embrague ni el acelerador.
Una vez que hayas iniciado la marcha, deberás mantener una progresión normal, adaptando tu posición en la calzada, tu velocidad y tu relación de marchas a las condiciones del tráfico y de la vía.
Deberás respetar siempre la distancia de seguridad con el vehículo que te precede y anticiparte a las posibles situaciones de riesgo mediante una observación atenta y constante. Asimismo, deberás tener en cuenta las normas específicas para circular por túneles, pasos inferiores o zonas urbanas.
Además, deberás conducir de forma económica y eficiente, evitando acelerones, frenazos o cambios innecesarios de marcha.
Maniobras que deberás realizar
Durante la conducción, es probable que tengas que realizar diferentes maniobras para cambiar tu trayectoria o tu ubicación en la vía. Estas maniobras pueden ser incorporaciones, desplazamientos laterales, adelantamientos, intersecciones o cambios de sentido. También pueden ser paradas o estacionamientos.
En todos los casos, deberás seguir un protocolo básico: observar, señalizar y ejecutar. Es decir, antes de realizar cualquier maniobra, deberás observar si hay espacio suficiente y si no hay ningún obstáculo o vehículo que pueda interferir. Luego, deberás señalizar tu intención con suficiente antelación mediante los intermitentes o los gestos oportunos. Por último, deberás ejecutar la maniobra con precisión y seguridad, respetando las señales y las normas de circulación.
Entre las maniobras más habituales se encuentran los cambios de dirección (giro a la izquierda o a la derecha) y los cambios de carril. Estas maniobras implican modificar tu trayectoria dentro de la misma vía o pasar a otra vía diferente. Para realizarlas correctamente, deberás seguir el protocolo anteriormente mencionado y además tener en cuenta algunos aspectos específicos. Por ejemplo, para girar a la izquierda o a la derecha deberás situarte previamente en el carril adecuado según la señalización o la forma de la vía. También deberás reducir la velocidad y mantenerla constante durante el giro, sin invadir el carril contrario ni el arcén. Para cambiar de carril, deberás elegir el momento adecuado y el espacio suficiente para hacerlo sin entorpecer ni poner en peligro a otros vehículos. También deberás mantener la velocidad y la trayectoria adecuadas durante el cambio, sin zigzaguear ni frenar bruscamente.
Otra maniobra que puede resultar compleja es entrar o salir de una autopista o autovía. Estas vías tienen unas características especiales que exigen una mayor atención y precaución por parte del conductor. Para entrar en una autopista, deberás:
- utilizar el carril de aceleración, que es una vía auxiliar que te permite incorporarte a la circulación principal.
- Deberás aumentar progresivamente la velocidad hasta alcanzar la de los demás vehículos y observar el tráfico por el retrovisor y el ángulo muerto.
- Luego, deberás señalizar tu intención de incorporarte y buscar un hueco adecuado para hacerlo, sin entorpecer ni poner en peligro a otros vehículos.
Para salir de una autopista, deberás utilizar el carril de deceleración, que es una vía auxiliar que te permite abandonar la circulación principal. Deberás reducir progresivamente la velocidad hasta adaptarte a la de la vía de destino y observar el tráfico por el retrovisor y el ángulo muerto. Luego, deberás señalizar tu intención de salir y buscar un hueco adecuado para hacerlo, sin entorpecer ni poner en peligro a otros vehículos.
Situaciones especiales
Finalmente, hay algunas situaciones especiales que requieren una mayor atención y cuidado por parte del conductor. Estas situaciones pueden ser la circulación por glorietas, pasos a nivel, paradas de tranvía o autobús, pasos de peatones o conducción cuesta arriba o cuesta abajo. En todos estos casos, deberás obedecer las señales específicas que regulan estas zonas y utilizar los sistemas de alumbrado y de señalización óptica adecuados según las condiciones de visibilidad.
También deberás manejar el vehículo y sus mandos con destreza y seguridad, arrancar desde un estacionamiento o desde una parada del tráfico con suavidad y precaución y tomar las medidas necesarias al abandonar el vehículo.
Otros requisitos
Lo primero que debes saber es que no vas a ir solo en el coche. Además de ti y del examinador, habrá un profesor o un coordinador especialista que te ayudará a prepararte. Ellos son los únicos que pueden ir contigo en el coche, nadie más. Si vas en moto, no necesitas llevar a nadie más.
El examinador es el que te va a decir qué tienes que hacer durante la prueba. Por ejemplo, te puede pedir que gires a la derecha, que cambies de carril o que aparques. Tienes que hacerle caso y seguir sus instrucciones.
El profesor o el coordinador es el que se encarga de que todo vaya bien y no haya ningún problema. Él tiene un doble mando para frenar o acelerar si hace falta. Pero no te preocupes, solo lo usará si hay algún peligro. Además, él es el responsable ante la ley si hay alguna infracción. Por eso, no puede decirte nada ni ayudarte durante la prueba. Tampoco puede tocar los mandos del coche sin motivo. Si lo hace, puede perjudicarte y hacer que suspendas.
Lugar de realización de la prueba
La prueba de circulación en vías abiertas consiste en conducir por diferentes tipos de carreteras fuera de poblado, como autopistas o autovías, y por diferentes tipos de calles dentro de poblado, como zonas residenciales o zonas con limitaciones de velocidad. El objetivo es que demuestres que sabes adaptarte a las condiciones del tráfico, respetar las normas y señales, y conducir con seguridad y responsabilidad.
Duración de la prueba
La prueba tiene una duración mínima de 25 minutos para los permisos de las clases A1, A2, B y B + E y de 45 minutos para los permisos de las clases restantes. En este tiempo no se cuenta el tiempo que se dedica a recibirte, preparar el vehículo, comprobar su estado técnico, realizar las maniobras especiales si las hay, y comunicarte los resultados de la prueba.
El examinador
Durante la prueba, el examinador te irá dando indicaciones sobre el recorrido que debes seguir y te observará para evaluar tu comportamiento al volante. El examinador tendrá en cuenta los siguientes aspectos:
- Tu capacidad para circular por diferentes tipos de vías, tanto urbanas como interurbanas, y para pasar de unas a otras con fluidez y seguridad.
- Tu capacidad para anticiparte a las situaciones de riesgo y para reaccionar adecuadamente ante ellas.
- Capacidad para respetar las normas de circulación, las señales, las marcas viales, las prioridades y los semáforos.
- Tu capacidad para mantener la distancia de seguridad con los demás vehículos, tanto delante como detrás y al lado
- Tu capacidad para realizar los cambios de dirección, de carril y de sentido con seguridad y señalización previa.
- Capacidad para utilizar correctamente los elementos del vehículo, como el volante, los pedales, el cambio de marchas, los espejos, las luces y los intermitentes.
- Tu capacidad para adoptar una posición correcta al conducir, tanto del cuerpo como de las manos y los pies.
- Tu capacidad para mantener una actitud positiva y respetuosa con los demás usuarios de la vía, evitando distracciones, agresividad o imprudencias.
Para aprobar la prueba debes demostrar que dominas todas estas materias y que eres capaz de conducir con soltura y confianza. Recuerda que el examinador no quiere ponerte nervioso ni hacerte trampas, solo quiere comprobar que estás preparado para conducir por tu cuenta.
Calificación de la prueba
En tu camino hacia obtener el Carnet de Conducir, es importante conocer cómo se califica la prueba. Las faltas se clasifican en tres categorías: eliminatorias, deficientes y leves. ¡Presta atención para que puedas superar la prueba sin problemas!
Una falta eliminatoria abarca comportamientos o incumplimientos de normas que representen un peligro para tu seguridad y la de otros usuarios de la vía. También incluye el incumplimiento de señales de circulación tipificadas como infracciones graves o muy graves según la Ley de Tráfico y Seguridad Vial.
Por otro lado, una falta deficiente se refiere a comportamientos o incumplimientos de normas que puedan obstaculizar, impedir o dificultar significativamente la circulación de otros usuarios. Además, afecta notoriamente las distancias de seguridad. También puede incluir el incumplimiento de señales de circulación que no sean consideradas eliminatorias.
Finalmente, las faltas leves son comportamientos o incumplimientos de normas reglamentarias que no constituyen faltas eliminatorias o deficientes. Además, se refiere al manejo incorrecto de los mandos del vehículo. No obstante, debes tener en cuenta que en ciertos casos, estas faltas leves pueden tener consecuencias más graves y ser valoradas de manera distinta.
Como has podido ver, las pruebas prácticas de conducción son completas y exigen un buen dominio del vehículo y del entorno. Por eso, te recomendamos que practiques lo suficiente con un profesor cualificado que te oriente y te corrija. Así, podrás adquirir la confianza y la habilidad necesarias para conducir de forma segura y responsable. Recuerda que obtener el permiso de conducir no es solo un trámite administrativo, sino también una responsabilidad social. ¡Mucha suerte!
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